martes, 3 de abril de 2007

Sonia 04: Regalos, regalos, regalos

Viernes 8 de diciembre de 2006.

Sonia 04, pese al feriado administrativo, atiende. Viene a casa, y la cena está lista. No importa que durante el día yo me haya devanado los sesos con lo que leí ayer, que me haya preguntado qué le sucede a ella, si vale la pena seguir. Está, por otro lado, la culpa de saber que lo que hice no es correcto. La autojustificación de que no era controlable. El dolor y la furia y el asco y la desorientación, sensaciones una detrás de otra. Ella, cuando llega, me dice hola Pipu como siempre, me besa, me abraza. Sabe que algo extraño pasa, pero no es lo que debería sospechar. Lo que ella intuye es que hay algo, porque insistí varias veces en que debíamos dormir en casa, en que a las 12 de la noche debíamos estar en casa. A las 12 de la noche se inicia el 9 de diciembre, es decir que cumplimos tres meses.

Cenamos, vemos el último capítulo de "Hermanos y detectives", que siempre lo dejábamos de lado por una u otra razón, y el final no nos convence, por primera vez Rodrigo Noya no sabe qué cara poner, el guionista se apuró a dar la historia por terminada. Cuando los títulos terminan, miro el reloj de la computadora -donde vimos el capítulo-: 12 y 5 de la noche.
-Felices tres meses, mi amor -digo.
-¿Ya?
-Ya.

Voy al dormitorio, abro el placard y comienzo a extraer los regalos. Enumero:

a) Una copia impresa de mi última novela, completa (Sonia 04 venía leyendo de a capítulos, desde el viaje a Mar de las Pampas, y ya había terminado los que le di; creí propicio que la tuviera entera e impresa, es inédita, habla mucho de mí -soy el protagonista, al fin y al cabo-, de mi humor, de mis dolores, de mis deseos); Sonia 04 abraza las hojas anilladas, y dice que sospechaba que le iba a regalar eso; no sospecha el regalo b).

b) Un poema (bueno, cuando uno está enamorado hace estas aberraciones: el poema es malísimo, la rima decadente, no soy un poeta sino un narrador nato), ella termina de leerlo y llora, le digo medio en broma si llora por lo malo que es, me responde que llora porque ese poema se escribió para ella, y no sospecha que hay un regalo c).

c) Un cuadro (el otro día, ya habíamos regresado de Mar de las Pampas donde la búsqueda del biombo había sido infructuosa y le habían gustado unos cuadros, lo vimos en la vidriera de un negocio: es de madera, juega con formas de madera, hay dos en el centro que inducen una comunión; cuando fui a comprarlo la vendedora me miraba extranada porque yo le aclaraba una y otra vez que era muy probable que mi novia fuese a cambiarlo; pero si es hermoso, decía la vendedora, y yo le respondí que no conocía a Sonia 04), ella lo abre, sigue llorando, dice no me merezco tanto, le digo que es para su consultorio, para la pared que tenía vacía y le preocupaba, para que pueda acordarse de mí mientras atiende; ella me besa, dice que el cuadro habla de dos seres que se encuentran, que le gusta mucho, le aclaro que lo puede cambiar, ella dice que ni loca, y ni loca espera el regalo d).

d) Un dvd (hace un tiempo Sonia 04 me dijo que su película preferida es "Cautivos del amor", de Bernardo Bertolucci, yo no la vi; la bajé en formato divx con el emule, y me rompí el culo para conseguir el software que me permitiese transformarlo en formato DVD y así poder verla en su casa; el soft es tan simpático que me permitió grabarle una foto mía a modo de introducción al DVD, la misma foto que a ella le encanta y la misma que nunca me devolverá).

-Es mucho -dice ella.
Y no sabe que yo acuerdo con la frase, aunque por lo que leí acerca de Ramón Rodríguez. No sabe, tampoco, que los regalos estaban desde antes de que yo leyera eso, y que en algún momento del día estuve tentado de tirarlos a la basura.