domingo, 1 de abril de 2007

Sonia 04: Segunda visita a mis suegros

Domingo 2 de diciembre de 2006.

Sonia 04 me dijo que su familia quedó encantada conmigo, que quieren verme pero ya no en el contexto de un festejo familiar. Deduzco, entonces, que esta vez el interrogatorio será más profundo. Acepto.

Vamos a Lanús. Sonia 04 está muy entusiasmada con mostrarme su consultorio. Hacemos, entonces, escala allí. Se trata de una casa antigua, con varios ambientes. A media cuadra hay un hospital, al lado una remisería. Entramos. Sonia 04 me muestra la habitación que funciona como consultorio. La veo tan orgullosa que me enternece. Muestra una silla confortable, tras el escritorio. Un sillón mullido, con un puff donde apoya sus pies mientras sus pacientes hablan. Le pregunto dónde iba a poner el biombo, de comprarlo en Mar de las Pampas. Dice que no sabe, pero que tiene una de las paredes demasiado desnudas, que debería haber algo, allí. Asiento. Y acabo de tramar un plan.

Vamos de sus padres. La abu tiene reunión con sus hermanas en la casa de adelante, por lo que esta vez el encuentro es sólo con el padre y la madre de Sonia 04. Ambos me caen bien, pero el padre me cae muy bien. Por suerte, no hay demasiado interrogatorio: creo que sólo desean oler, percibir mis intenciones para con su hija. Supongo que después de descubrir que salió dos años con un tipo casado, tienen pánico de lo que Sonia 04 pueda considerar como pareja. En todo momento, el padre de Sonia 04 no deja pasar oportunidad para remarcarme cuán hinchapelotas puede ser su mujer.
-¿Ves estos sillones? -me dice en un momento, y palmea el apoyabrazos-. Bueno, los queremos cambiar hace ocho años, pero mi mujer no se decide, no hay ninguno que le venga bien.
La madre de Sonia 04 está en la cocina, conversa con Sonia 04. Miro, me pregunto cuánto hay de esa mujer en su hija. No tengo demasiado tiempo para pensar, pues el padre aparece con un video.
-Mirá esto -dice mientras lo introduce en la video cassettera.
Es, en verdad, una película Super 8 que pasaron a video. La primera parte muestra un viaje que hicieron los padres de Sonia 04 a La Rioja (España), se los ve jóvenes, responden a modas que ya no existen. El padre era un tipo vital. La madre es más difícil de discernir, está demasiado pendiente de la cámara, no resulta graciosa. El padre, en cambio, en un momento simula ser fisicoculturista. Sonia 04, que se ha sentado junto a mí en el sillón, se ríe:
-¡Mirá cómo mete panza! -dice.
El padre se ríe, yo también. Hay un momento en que ver ese viaje que ocurrió hace más de treinta años me aburre, y las especificaciones de la vida riojana también. Por suerte, enseguida el padre de Sonia 04 dice:
-Ahora viene la sorpresa.
Las imágenes son de esa misma casa, del patio de esa misma casa, pero hace treinta y pico de años. Un cumpleaños. Niños que se mueven con timidez ante la cámara. Una niña -tendrá siete años, calculo- muy delgada, que baila.
-Es mi hermana -me dice Sonia 04-. Era su cumpleaños.
En todo momento, la hermana de Sonia 04 en versión niña baila. Parecía una chica muy alegre. Lo comento en voz alta.
-Sí, era -dice Sonia 04.
-Vaya uno a saber a dónde fue a parar esa alegría -dice la madre de Sonia 04.
Se refieren al cuñado de Sonia 04, estimo. Pienso en que, si ven las cosas de esa manera, si se trata de un verdadero tirano, quizás deberían hacer algo. No sé, hablar con la hermana de Sonia 04, exponerle lo que ellos ven. No tengo tiempo a pensar demasiado, porque en escena aparece una niña muy pequeña, de unos cuatro años, con el ceño fruncido. Muy seria, el rostro revela un enojo mayúsculo.
-Esa soy yo -me dice Sonia 04.
-¿Te acordás qué mala que eras? -dice el padre de Sonia 04.
En la pantalla del televisor, la niña Sonia 04 corre hasta su hermana y le arrebata los regalos que le dieron para el cumpleaños.
-Era muy fea, siempre seria -dice Sonia 04.
-Para mí eras linda -digo, y la beso en la mejilla.

En algún momento, la madre de Sonia 04 me comenta que Sonia 04 le habló de mi novela.
-¿Cómo se llama? -pregunta.
-Disculpe, pero es una novela no apta para suegras -digo.
-¿Por qué?
-Si leen lo que escribí, no me dejan salir más con su hija.
Todos se ríen. Pero yo hablaba en serio.

Nos despedimos. Mientras nos alejamos de la casa, Sonia 04 me acaricia el rostro y dice:
-Les caiste bien. Sobre todo a mi papá.
-A mí ellos también me caen bien.
-Son demasiado simples.
-Parecen buena gente. Deberías ver eso.
-Mi papá repite lo mismo siempre.
-Eso es un padre, Sonia 04 -digo, pero estoy pensando en mi abuelo-. Disfrutalo.

Paramos en la casa de un matrimonio amigo de Sonia 04. De acuerdo al informe previo, son también amigos de Rafael, el ex que duró seis años, aunque nunca los cruzan en los festejos. Tienen tres hijos, y viven en condiciones muy humildes. Los chicos se refieren a ella como la tía Sonia 04. Ella les da los regalos, ellos los abren. Toman mate -yo no puedo, estoy anticoagulado, y además no me gusta-. Hablan. La verdad, me aburro un poco. No es que me caigan mal -como sí me cayó mal Gladiola y su insistente elogio corporizado del patetismo-, tan sólo me aburro. Por suerte, nos vamos pronto.

Mientras viajamos, le digo a Sonia 04:
-Mi amor, estuve pensando algo.
-¿Qué?
-No sé, dos cosas. Primero, que me parece que en tu casa siempre te dieron el lugar de la fea, la desobediente, la que hacía lo que se le cantaba, la que le robaba regalos a su hermana. Hoy tu viejo repitió el chiste de que hay que ver si yo te aguanto, y lo hizo con la mejor onda, pero esconde algo. Digo, en tu casa te dan el lugar de la insoportable.
Sonia 04 asiente.
-Y después, cuando vamos de tus amigos, me avivé que todos los hijos de tus amigos te dan el lugar de tía. Lugar que también te dan tus sobrinos. Y a todos lados caés con regalos, que es lo que en general hacen las tías. No sé, estaba pensando, y esto tomalo con pinzas, que es como si vos hubieras ocupado el lugar de la tía solterona, la que se ocupa de los hijos de otros. Quizás es porque con Rafael nunca quisiste tener hijos, con Edgardo, bueno, él era casado, y Hernán decís que no te quería. Pero si sumás las dos cosas que te digo, es decir la insoportable y la tía, te da tía solterona. Lo que quiero decirte es que yo siento que vos sos mucho más que eso, que podés serlo, y que quiero que lo seas en mi vida. Tenés, ahora, alguien que te quiere, que te ama, que no te considera insoportable -aunque a veces sí, qué le voy a hacer-. Digo, no estás en un lugar que no puede cambiar. Pero no te aferres a él.
-¿Y con eso qué querés decir?
-Que nos des una oportunidad de formar una verdadera pareja, mi amor.
Ella me mira. Sus ojos se empañan. Me sonríe. Suelta una mano del volante, y me acaricia la mejilla.
-Te quiero -dice.
-Yo también -digo.

Vamos a mi casa. Cuando llegamos, Sonia 04 recibe un mensaje de texto. Son sus amigos, a los que fuimos recién a la casa. Sonia 04 sonríe. Le pregunto qué dice el mensaje.
-Elemental está aprobado por unanimidad -lee.
Y me besa.