viernes, 20 de abril de 2007

Sonia 04: El paciente radioactivo y otra charla sobre la fidelidad

Martes 9 de enero de 2007.

Es el cuarto mesario. Con todo el trajinar del departamento, pasa un tanto desapercibido. Le regalo el cuentito que le escribí, Sonia 04 me regala una agenda en la que, en la dedicatoria, escribe que este será un año extraordinario para mí. La agenda está muy buena. Lo que no sé es si Sonia 04 se refiere a un gran año al hecho de que me voy a vivir con ella, o a todo lo laboral que, en mi caso, se vislumbra, a comenzar a cosechar parte de lo sembrado hace tanto.

Cenamos.
Sonia 04 me cuenta que hoy atendió al paciente radioactivo.
-¿Vos sabés que el tipo que parecía tan sumiso, calladito, insulso, tiene una amante? -me dice-. Parece que se viene cogiendo a una pendeja del trabajo.
Carraspeo. La charla del domingo, el hecho de que ayer rompí el teléfono de Humberto y esto conforman una bola de nieve. En especial porque Sonia 04 lo dice como si dijera que el paciente radioactivo fuese, pese a las apariencias, un piola bárbaro.
-Ah, caga a la esposa -digo.
-Bueno, él no lo ve así.
-No me refiero al sentido concreto. No digo que la cague en el pecho, aunque a esta altura no descarto nada. Digo, la traiciona.
-Bueno, él no lo ve así.
-¿La esposa sabe?
-No.
-¿La esposa supone que él es fiel con ella?
-Sí.
-Por lo tanto, la caga. Traiciona su confianza.
Sonia 04 tuerce la boca.
-¿Y qué piensa hacer con la amante? -pregunto.
-Dice que no sabe cómo sacársela de encima, que la cosa empezó como garche y ahora la chica se enamoró.
La miro. No puede ser. No puede ser que tenga la oportunidad tan servida en bandeja de decir todo lo que tengo atragantado desde que leí aquellos mails de Ramón Rodríguez. No puedo dejar pasar la oportunidad.
-Bueno, eso es lo que sienten los hombres casados en relación a sus amantes -digo.
Ella me mira. Capta que la frase tuvo otra intencionalidad, que me estoy refiriendo a Edgardo y a ella. No lo dice. Por ahora, yo tampoco lo digo.
-A veces eso no es así -dice.
-No conozco casos donde no lo haya sido. Fijate en éste, que parecía tan buenito. Caga a la esposa y caga a la amante. Ese tipo de personajes no me resultan admirables. De hecho, me molesta que haya hombres que hacen algo semejante, y que se tienda a pensar que todos los hombres hacen algo semejante. No, no todos somos una mierda.
-No podés ser tan duro.
-¿Te referís a el paciente radioactivo o a alguien más?
Sonia 04 tuerce la boca.
-Digo, vos siempre me dijiste que Edgardo era un buen tipo. Bueno, hizo lo mismo que tu paciente. Se enganchó una mina a la que cogerse, la mina se le enamoró y luego no supo cómo sacársela de encima.
-No fue así. Él también estaba enamorado de mí.
-En una de esas sí. En una de esas no -recuerdo los mails, todas las veces en que él le decía que la amaba-. Lo cierto es que cierta clase de tipos, con tal de acostarse con una mina, dicen cualquier cosa.
-Bueno, pero puede ser que me amara.
-Sí. Si hubiera dejado a la esposa, te creería. ¿Dejó a la esposa?
Sonia 04 tuerce los labios.
-Disculpame que hable así, pero ya me tiene un cachitito los huevos llenos, toda la fantasía que exponés con respecto a la relación con Edgardo. Las cosas se ven por los resultados. Las palabras se comprueban por las acciones. Ahí es donde vos y yo tenemos diferencias de formación: vos analizás las palabras de un paciente, yo estudiaría sus acciones. Si un tipo se queda con su esposa, salvo que sea Ingrid Bergman en Casablanca, es porque quiere más a su esposa, o a su familia, que a su amante.
-Edgardo eligió a su familia. Fue un cobarde.
-Sí, pero su familia incluye a su esposa. La misma a la que traicionó cuando empezó a cogerte.

(hago una interrupción: no sé si se nota por mis palabras, pero a esta altura del partido, de la relación, ya estoy harto de ciertas cosas de Sonia 04, y no estoy dispuesto a seguir utilizando la diplomacia).

-Ella sabía -dice Sonia 04-. Ella fue una hipócrita.
-¿Él se lo dijo?
-Vamos, Elemental, hay ciertas cosas que se saben. El celular, nosotros salíamos...
-Perdón por la pregunta, pero... ¿él se lo dijo?
-No -los labios de Sonia 04 ya no están torcidos: forman, directamente, una cruz.
-Ok, entonces no podemos estar seguros de que lo supiera. Sí es probable que lo sospechara.
-Sí, seguro. Fue una hipócrita.
-¿Por qué?
-Porque él tenía una amante y ella lo retuvo.
-¿Vos me estás queriendo decir que él cogía con otra y que ella igual lo quería para sí?
-Sí, sí, eso.
-Bueno, esa descripción es también aplicable a vos. ¿O te pensás que él no cogía con la mujer?
-Él me decía que...
-Por favor, Sonia 04, hablemos con propiedad. ¿Vos en serio creés que él mantenía monogamia sexual con vos?
Ella piensa un segundo. Se sabe arrinconada.
-No -admite.
-Ok, entonces vos y ella eran como dos caras de una misma moneda. Y, en ese sentido, Edgardo las cagaba a las dos. A la mujer porque traicionó el trato explícito de monogamia, y a vos porque traicionó el trato implícito de las ilusiones.
-Y ella optó por la hipocresía de retenerlo.
-Pará, no vayas tan rápido. En ese triángulo, él las cagó a las dos. Ella, la esposa, no cagó a ninguno. Y vos fuiste cagada por Edgardo pero, al mismo tiempo, la cagaste a ella.
-¿De qué hablás?
-¿Ella estaba enamorada de su marido? ¿Ella apostaba por su familia?
-Sí, ¿no te digo que fue tan hipócrita como para retenerlo?
-No, decidió sostener lo que deseaba. Y vos lo sabías, y trataste de cagarla.
-Yo no la cagué. Yo no la conocía.
-Ah, Bush no conoce a la gente que bombardearon en Irak. Por lo tanto, es inocente. Porque nunca los presentaron. Por favor, Sonia 04, ya que surgió este tema hablemos en serio. Vos la cagaste. Vos te jugaste a romper ese matrimonio. Un matrimonio enfermo, sí, por culpa de él.
-Siempre que hay un matrimonio donde pasa eso es culpa de los dos.
-Dejame de joder. Que el corneador siempre tenga una excusa no significa que sea válida. A veces están justificados, la mayoría de las veces no. No olvides que en esto ella no eligió nada. Él eligió cagarla, vos elegiste participar de eso, y la mina no eligió nada. La cagaste. En ese sentido, la cagaste. Desde el momento en que apostaste a sacarle algo que ella valoraba, la cagaste.
-Ella fue una hipócrita. Porque sabía.
-A ver, ponele que sabía. Ponele que sabía y lo quiso retener. ¿Sabés una cosa? En ese caso, te ganó. Por goleada, te ganó.
Sonia 04 tuerce la boca, frunce los ceños. Creo que, si pudiese, si fuese legal, en este momento me asesinaría.

Rato más tarde, mientras yo estoy asomado al balcón y la ciudad duerme, Sonia 04 se acerca por atrás y me abraza.
-Tenés razón -dice.
Me quedo callado.
-Edgardo es un hijo de puta -dice.
Bueno, falta la responsabilidad de ella. Pero reconozcamos que es un avance.

Felices cuatro meses de noviazgo, mi amor.