viernes, 11 de mayo de 2007

Sonia 04: Vacaciones, final

Lunes 26 de febrero de 2007.

Regreso al trabajo. Apenas entro en la oficina, el Flaco, el Chancho, la Nena y Voz Nasal me preguntan qué tal está vivir en la torre, en el piso 22, si el calor es demasiado agobiante, si de noche corre fresco. Si algo me cansa más que el vértigo de estos últimos, es tener que actualizar a quienes pronto se desactualizan. Una semana ausente del trabajo implica explicar que ese departamento al final no va -qué lástima-, que ya me mudé a otro en Palermo -pero qué bien-, que Sonia 04 fue con los padres a buscar los muebles -qué patético-, que la madre llamó hora y pico después de que dejé el depto -qué gente de mierda-.
-Bueno, a ver cuándo inaugurás este departamento -propone Voz Nasal.
-Cuando me despierte -digo.
-¿Pero al menos descansaste, en las vacaciones? -pregunta el Flaco, especialista en siestas desmesuradas.
Me señalo el rostro, y dice:
-Ah.

La sorpresa viene a media mañana. Mi jefe pasa por la oficina, me mira y pregunta si sigo con la dieta que había empezado en julio, cuando estaba en pleno fervor mi historia con Sonia 00. Le digo que no, que no estoy a dieta, aunque ando con poco apetito.
-Mirá que bajaste de peso, eh -dice mi jefe.
Miro a mis compañeros, quienes por primera vez le dan la razón en algo a nuestro jefe.

Al llegar al depto, voy directo al baño. Me peso. En las últimas dos semanas bajé cinco kilos.
Quizás Sonia 04 debería dedicarse a administrar dietas para gorditos, pienso.