viernes, 11 de mayo de 2007

Sonia 04: Un feliz inquilino

Viernes 23 de febrero de 2007.

Paso a buscar a mi vieja a eso de las 10. Tomamos un café, me pregunta cómo estoy. Le digo que bien, aunque en mi mirada transmito que tengo los huevos llenos de que me pregunten cómo estoy. Por suerte, la perra se tira encima mío, y jugamos.

Vamos a la inmobiliaria. Al llegar, nos conducen a un primer piso. Allí, dos ancianos esperan delante de varias copias del contrato. No parecen buena gente, pero no estoy en situación de ponerme en exquisito. Digo, el alquiler me va a salir un huevo en relación a lo que pagaba antes, pero es lo único que conseguí que reuniese dos requisitos: dignidad y velocidad. Digo, el sábado pasado me enteré que para mudarme a la torre iba a tener que esperar quince días más, el mismo día encontré este otro departamento y menos de una semana después estoy ante estos ancianos con gesto de desesperados por la guita. No está mal, como performance inmobiliaria. Digo, podría ser peor. Aunque haya perdido lo que se pagó de reserva por el de la torre. Aunque los viejos me empiecen a preguntar de todo acerca de mi vida, saltando cualquier límite de la discresión. Lo cierto es que leo el contrato, mi vieja hace como que lee -no se quiere poner los anteojos, es coqueta- y digo está bien. Firmamos. Pagamos. Me dan las llaves del depto.
Soy un feliz nuevo inquilino. De acá a dos años, por lo menos, Charcas y Virasoro.

Mi vieja me acompaña al depto. No tiene alacena en la cocina ni cajonera en el placard del dormitorio. Por lo demás, no está mal.
-¿Contento? -pregunta (al menos no pregunta si estoy bien).
Asiento, aunque enseguida me pongo a llorar en silencio.

Vuelvo al depto de José María Moreno. Comienzo a llenar los canastos. Alterno la tarea con partidos del PC Fútbol. Recibo un par de mensajes de texto -el Preceptor, el Libanés, la Trotamundos- que desean saber si se cerró lo del depto. Les digo que sí. A la Trotamundos le digo que vamos a ser vecinos. Ella está contenta. En cierto sentido, yo también: mañana me voy de este departamento maldito.