Miércoles (cont.).
Paso a buscar a Sonia 04 a las 8 menos cuarto. Cuando subo, me pregunta cómo estoy. No lo preguntó en ningún momento desde nuestra última conversación telefónica. De hecho, ni siquiera pregunta si fui a entregar las llaves del departamento. Pregunta, ahora, sí, cómo estoy. Le cuento que estve muy mal, que fui a ver a Silvina, la terapista de pareja. Ella se emociona, dice que le parece muy bien que haya buscado ayuda. Le pregunto por su encuentro con Gaby, ella me dice que tomó unos apuntes para hablar en el encuentro/sesión con Silvina. Le digo si me lo puede decir ahora, me dice que mejor no, le resta importancia. Me pregunta por lo que hablé con Silvina, le cuento poco, dice que le parece muy bien.
Caminamos por Doblas desde el consultorio de Sonia 04 hasta el de Silvina, sin tomarnos de la mano. Algo está muy mal, lo sé.
Al inicio del encuentro/sesión, Sonia 04 propone que yo lea la carta que escribí ayer. Por primera vez, no tengo copias para ellas. Leo, y escuchan. Cuando termino, Silvina, que intenta interpretar todo, pregunta por qué hoy no traje copias.
-Porque me descompuse en el trabajo, que era donde iba a imprimirlas -digo.
-Ah -dice Silvina.
Enseguida, Sonia 04, con gesto suficiente, como si acabara de dar con la piedra filosofal, abre su cartera.
-Yo hoy hablé con Gaby, mi analista, de la carta de Elemental-dice.
Saca de la cartera una hoja arrancada de la agenda.
-Yo ayer a Elemental le dije que era malo como su mamá -dice Sonia 04-, y con Gaby estuvimos trabajando acerca de eso.
Sonia 04 lee.
Sonia 04 dice que Gaby dijo que mis reclamos de afecto a ella son, en verdad, reclamos de afecto a mi madre que nunca me quiso.
Sonia 04 dice que Gaby dijo que yo soy malo como mi mamá, pero que soy malo conmigo mismo, que me hago daño.
Sonia 04 dice que Gaby dijo que le pido a ella cosas que no le corresponde darme.
Sonia 04 dice que Gaby dijo que yo debería estar medicado con alguna clase de ansiolítico.
Sonia 04, con gesto triunfante, termina de leer y dobla la hoja de la agenda, para luego guardarla nuevamente en la cartera. Silvina la mira, muda, y luego me mira a mí. Me pregunta qué pienso.
-Pienso que pensé que este clima de mierda iba a terminar -digo-. Me parece que todo lo que acaba de leer Sonia 04 carece de seriedad. Para empezar, Gaby no me conoce, sólo sabe lo que Sonia 04 le cuenta acerca de mí. Y, muy suelta de cuerpo, con una impunidad que me asombra, la atorranta esta dice que necesito de ansiolíticos. Y, recalco, no habló conmigo. Es una chanta que manipula a esta pobre mina -señalo a Sonia 04-, que encima se cree haber descubierto algo.
-Elemental -dice Silvina-, a vos te molesta que Sonia 04 hable mal de tu madre, ¿no?
-Por supuesto.
-Entonces no seas injusto con Sonia 04. Vos sabés lo que Gaby significa para ella, es una especie de rol materno.
-Para empezar, si es un rol materno, Sonia 04 tiene más problemas de los que todos creíamos, porque es su analista y no su madre. Segundo, mi vieja, si bien estoy seguro de que lo piensa, jamás me dijo una sola palabra en contra de Sonia 04, mientras que la atorranta esta que vaya uno a saber cuánto cobra la sesión se despachó contra mí a cuerpo suelto.
-¿Ve cómo se toma las cosas? -le dice Sonia 04 a Silvina.
-Me las tomo como corresponde tomarlas. Yo no sé mucho de psicología, pero sí sé de epistemología. Tu analista, Gaby, no me conoce, y a partir de ese hecho tan simple pero irrefutable no puede sacar conclusiones respecto a mí. ¡Indicarme medicación! ¿Y sabés algo? Gaby acertó, pero a medias, y acertó de puro pedo. Es posible que yo sea un tipo que reclama afecto de más, tal como leiste muy orgullosita en esa pavada que te hizo escribir. ¿Pero sabés algo? No es por ausencia de afecto de mi vieja. Me analicé cinco años, y el afecto que me gustaría rellenar pero es imposible es el de mi papá, es el de mi abuelo que se murió. O sea, Gaby no acertó una mierda. Y además, digo, hay algo que me parece que escapa incluso a la lógica de ella como analista.
Hago una pausa dramática. Silvina y Sonia 04 me observan expectantes.
-Gaby ni siquiera me mandó a hacer tirar las runas, como para sacar tantas conclusiones.
Sonia 04, por supuesto, tuerce los labios.