sábado, 14 de abril de 2007

Sonia 04: Una mala persona

Miércoles 27 de diciembre de 2006.

Por la tarde, Sonia 04 fue a llevar la documentación a la inmobiliaria. Todo está, sí, en marcha. Ahora sólo falta que aprueben la garantía y, luego, mudarnos. Vivir juntos. Ser, por así decirlo, una pareja.


Vamos a terapia de pareja. La semana pasada una de las últimas conclusiones había sido que la búsqueda de departamento quedaba postergada, que nos íbamos a abocar a las vacaciones. Hoy hablé con la gente del complejo de Nono, y habían acreditado el depósito. Eso también está en marcha. Todo, está en marcha. No sé si fuera de control, pero en marcha. De lo que estoy seguro es de que parece estar fuera de mi control.

Nos sentamos. Silvina se ubica del otro lado del escritorio. Tanto Sonia 04 como yo nos reímos, en mi caso de los nervios, en los de ella de contenta -o vaya uno a saber-. Silvina, que capta que hay algo inusual, pregunta:
-¿Pasa algo?
-Que no sabemos cómo decírtelo -dice Sonia 04.
Para no saberlo, lo dice bien. Enseguida. Miro a Silvina, supongo que dirá que estamos locos. Dice, sin embargo:
-Qué suerte.

Es extraño, pero cada ocasión en que vine a la terapia de pareja lo hice con la sensación de que si una tercera mirada, ajena, se posaba sobre la relación que tengo con Sonia 04, su conclusión sería terminante. Recuerdo, entonces, que si nosotros venimos ella cobra. Y, si seguimos viniendo, también. Y no existen demasiadas posibilidades de que continúe haciéndolo si es terminante.

En un momento, Silvina pregunta:
-¿Y cómo te sentís?
No lo preguntó en general. Me miraba. Me mira. Digo:
-Cagado en las patas, me siento.

En otro momento, Silvina pregunta si hubo algún inconveniente.
Sonia 04 dice que no, que la dueña de la inmobiliaria es encantadora, que le cayó muy bien. Que los que habían señado antes no sabían que la garantía estaba embargada. Que el departamento es hermoso.
-¿Pero no era que ese departamento no te gustaba? -le pregunta Silvina.
-Me gusta -dice Sonia 04, entorna los ojos, me mira y me toma de la mano. Yo presiono levemente, como para indicarle que está todo bien, que cada loco con su tema, y que el suyo es tener dificultades para elegir.

Silvina pregunta si esta semana hubo discusiones.
Sonia 04 dice que no.
Yo carraspeo.
Digo, entonces, que ayer hubo un inicio de discusión, que no se desarrolló pero que la base estaba. Me siento el Bambino Veira.
Silvina pregunta los causales de la tensión, yo explico que Sonia 04 se encaprichó en que quiere ser la única titular del departamento, y sus padres los garantes. Le digo que yo preferiría los dos, que los que vamos a vivir ahí somos los dos y que la firma del contrato tiene un valor simbólico.
-A mí me parece que lo que te molesta es que no te podés hacer cargo sólo desde el punto de vista económico -dice Silvina-, que no te tomarían a vos solo como inquilino y a Sonia 04 sí.
Carraspeo. No me causa mucha gracia que Sonia 04 gane tanto más que yo, pero definitivamente no me molesta. No me molesta, tampoco, que no me tomen a mí solo como inquilino: yo quería firmar con ella. Me quedo callado. Supongo que ambas interpretan mi silencio como que le doy la razón a Silvina, cuando en verdad querría decirle que no haga esas interpretaciones arriesgadas, porque de esa forma sus palabras pueden parecerse demasiado a pelotudeces.
Sonia 04 dice:
-Él tiene miedo por si la cosa no funciona, qué hacemos entonces con el departamento.
Eso sí es un temor mío, que de hecho se lo dije ayer.
-Lo que Elemental tiene que entender es que tanto mis viejos como yo somos buena gente -dice Sonia 04, y visto a la distancia tendría que haber grabado esto-. Si las cosas funcionan, él se puede quedar en el departamento hasta que encuentre otro, y luego yo me haría cargo, me quedaría a vivir ahí.
-Me parece un trato justo -le dice Silvina, quien luego gira hacia mí-. ¿No?
-Sí, es justo -admito.
-¿Y en relación a lo que te molesta de ganar menos que ella querés decir algo? -insiste Silvina.
Y yo me quedo callado.

Luego la sesión -el encuentro, en verdad- deriva por otros carriles, hasta que regresamos al mismo tema, y yo recuerdo que mi vieja podía ser garante y así firmar los dos, pero que Sonia 04 se negó, y que me parece un capricho. Silvina asiente, mirándome, y luego clava los ojos en Sonia 04. En los ojos llorosos de Sonia 04.
-Pasa algo, que me gustaría decir -dice Sonia 04.
Tanto Silvina como yo nos quedamos en silencio. Sonia 04 lloriquea, como si lo que estuviese a punto de decir le doliese mucho.
-A mí me parece que la madre de Elemental es una mala persona.
Yo la miro, asombrado. Me parece una conclusión un tanto prematura, en relación a alguien que vio tres veces en su vida.
-A mí me parece que es una persona cruel, que se quedó sola porque es cruel.
Me acomodo en el asiento. ¿Está hablando de mi vieja o está hablando de ella?
-Y tiene la fantasía de cubrir esa soledad con nietos, y yo no pienso... -dice Sonia 04.
-A ver -la interrumpe Silvina, en su primer intervención (el interrumpir) que considero sagaz-, vos sos psicóloga, vos sabés cómo son las cosas. ¿No te parece que a Elemental le debe estar doliendo, lo que decís?
-Es que tengo que decirlo. Para mí la madre no lo quiere. La madre no quiere a nadie. Y me da mucha lástima por Elemental.
Se produce un silencio. Silvina me mira, como invitándome a expresar mis pensamientos, sentimientos, aspaventos en este encuentro tan pero tan constructivo.
-A mí me parece que Sonia 04 está sacando conclusiones apresuradas -digo-. En primer lugar, sólo parte del dato de que mi vieja estuvo casada con alguien que me maltrató durante dieciocho años. Así, suelto, el dato parece decir que a mi vieja le importo tres carajos. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla. Yo sé lo que sufrió mi vieja en todo ese tiempo, de hecho lo vi mucho en terapia, cuando hacía terapia. Creo que cometió errores, claro, pero no horrores. Y esos errores los perdoné, a partir de lo cual no entiendo por qué Sonia 04 se pone así. Ok, entre ellas no se llevan muy bien, pero la verdad que ya tenemos muchos problemas como para empezar a preocuparme por que ellas dos se lleven bien. No tengo ganas. La verdad, si Sonia 04 considera que mi vieja es una mala persona, es un problema de Sonia 04.
-A mí me parece que deberías tener cuidado con lo que le decís a Elemental acerca de su madre -dice Silvina.
Sonia 04 asiente, como cada vez que le dicen algo irrebatible. Luego, como siempre hace luego de que le dicen algo irrebatible, dice:
-Pero yo pienso eso.
-¿Y te parece que Elemental quiere escucharlo? -pregunta Sonia 04.
Sonia 04 se queda callada.

El resto de la sesión, y del día, tiene poca importancia.