Sonia 04: Rafael

Jueves.

Sonia 04 no duerme en la casa de su abu. Me ofrezco a esperarla en su casa, prepararle la cena. Ella acepta.

Hago las compras en el supermercado: costillas de cerdo, papas.

Ya en el departamento, me pregunto si habré recibido algún mail importante. Sólo encender la computadora me lleva a las carpetas, a Edgardo, a Rafael. Me digo que no, que la semana pasada me hice mierda con esa lectura, pero es sólo una segundo. Queda otra carpeta por leer, y sé muy bien que mi fuerza de voluntad, si bien me lleva desde los trece años a escribir al menos una página cada día, es absolutamente inútil para otros menesteres. No ceder a la tentación, por ejemplo.

Abro la carpeta de Rafael. Mails en formato txt, también. No muchos, en este caso. Los ordeno por fecha.

En uno de los primero, se nota que ambos han discutido por algo. Él le pide disculpas por su reacción, ella dice que está bien. Él dice que no se pudo controlar, que se puso mal. Miro la fecha: coincide con el inicio de la relación de Sonia 04 con Edgardo. Recuerdo, entonces, que ella me había dicho que él no lo había tomado del todo bien.

Hay otros mails, donde Rafael le dice que no le va a devolver ciertas cosas que ella dejó en el departamento en el que vivían juntos. Sonia 04 dice, por su parte, que desearía que recuperasen la confianza que tenían el uno en el otro, que no quiere perderlo en forma absoluta, "pero que así están dadas las cosas".

Hay otro mail de Rafael que me llama la atención. En él, se descubre que él aún intentaba recuperarla, pese a que Edgardo estaba de por medio. Cita una canción, cuyo autor desconozco, que habla de una mujer que lloraba cuando hacía el amor, cuando llegaba al orgasmo.
Lo primero que me impresiona es el hecho de que Rafael aún la quería, pese a todo lo que ella (le) había hecho.
Lo segundo que me impresiona, que me demuele en verdad, es que Sonia 04 me dijo que yo era el primero que la hacía llorar cuando llegaba al orgasmo.

Cuando Sonia 04 regresa de Lanús, la cena está lista.