Lunes 9 de octubre de 2006. Cumplimos un mes. Llegué al mes, luego de años sin noviar. De domingo a lunes dormimos en mi casa. Al despertar, la beso, intento sexo, pero ella tiene gimnasio. Diógenes, diógenes, dice y repite, como si se tratase de un mantra. Aparentemente, el profesor se llama así. Aparentemente, le corrige posturas corporales, esas cosas. Aparentemente, una de las últimas clases le dijo que se la veía bien cogida (sic). Aparentemente, toda la gente que conoce Sonia 04 es tan bestial como ella, con las palabras. Durante el día, mensajitos. Ella tiene reunión en la prepaga, bueno, no en la prepaga en sí, sino en la fundación fantasma que contrata a los psicólogos que trabajan en la prepaga. Hablamos al mediodía -llamo yo, cuando recibo Msm de respuesta de ella y, por eso, deduzco que está libre-, nos decimos cosas lindas. Por la noche, tarde -termina de atender a las 9 y pico-, cena. Charla. En un momento, le pregunto qué buscaba ella, cuando me encontró.
-Alguien a quien decirle cómo fue mi día -dice. En efecto, es coherente: cuando hablamos por teléfono, por la noche, o cuando nos vemos, siempre lo primero que hace es contarme cómo fue su día, que no tiene muchas variaciones excepto por el paciente acerca del que me cuente sus intimidades. Si se trata de conversación telefónica, luego de contarme su día comienza a dar señales de cansancio. Si estamos juntos, también. Como si su día fuese realmente agotador. O como si le importase tres pitos cómo fue el mío.
Me quedo en silencio. Sonia 04 capta que espero alguna frase más, entonces profundiza.
-Alguien con quien ir a lugares verdes -dice, y se refiere a plazas, aunque bien podrían ser campos, la casa de Martian Manhunter o la casa de la moneda de EEUU, que no sé cómo se llama-. Alguien con quien visitar a mis amigos.
-¿Y vos? -pregunta.
¿Qué decirle? Yo no buscaba alguien a quien decirle cómo fue mi día, ni con quien ir a lugares verdes, ni con quien ir a lo de mis amistades. Yo buscaba otra cosa. Antes de conocer a Sonia 04, yo buscaba una pareja, y entendía eso alguien con quien compartir mi vida, con quien me ayudara a construirla, con quien tuviese sentido despertarme a la mañana.
No sé si yo soy demasiado idealista o ella demasiado pragmática. Igual, las categorías no son excluyentes. Lo cierto es que al final digo, ante su pregunta:
-Y, más o menos lo mismo.
Sonia 04 sonríe, y me toma de la mano por sobre la mesa del restaurante.
miércoles, 14 de marzo de 2007
Sonia 04: Lo que buscaba
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