Sonia 04: Hernán, el que no la quiso

Continúa el diálogo. Yo me quedo con eso que le decían las amigas ultrafashion de que Hernán, el último novio, no la quería.
-Y tenían razón -dice Sonia 04-. No me quería.
-¿Y vos a él?
Por la forma en que se encoge de hombros, tampoco. Pero parece que eso no es lo relevante, desde su punto de vista.
-No sabés, nunca quería tener sexo -dice, y me asombra que haya alguien con menos apetito que ella-. Él se acostaba, yo me acostaba al lado de él, medio que le jugueteaba y él me palmeaba la cola y me decía no, dejá.
No entiendo por qué entra en esa clase de detalle. Yo no me refería a eso con mi pregunta sobre un tema que ella trajo a colación.
-Y los domingos él siempre quería dormir y yo hacer algo -dice.
Por un instante, no sé si está hablando ella de Hernán o yo de ella. Me toco los labios, pero continúan cerrados. No, no soy yo. Es ella.
-¿Cortaste vos? -pregunto.
Niega con la cabeza.
-Veníamos mal, pero el que planteó las cosas fue él.
-¿Y por qué saliste con Hernán, si era el mejor amigo de Rafael?
Se encoge de hombros.
-La verdad, a Rafael mucho no le gustó.
-Me imagino.
-Las cosas se dieron así -dice la frase con facilidad, es una de sus oraciones preferidas, uno de sus caballitos de batalla-. Hernán se dedica a arreglar y armar computadoras, una vez tuvo que armar una para mí, vino a casa, hablamos de tango...
-¿Y por qué decís que nunca te quiso?
-Por eso, nunca quería tener sexo, encima después de cortar yo lo llamé para vernos, quería que nos arregláramos, me arreglé toda, él llegó, se sentó y lo primero que me dijo fue qué flaca que estás.
Me quedo callado, algo me dice que falta el remate de su relato.
-Y después le dije directamente de seguir. ¿Sabés lo que me dijo?
Niego con la cabeza.
-No, gracias. Basta de servicio militar. Eso, dijo.
En efecto, faltaba el remate.