Martes. Mensajes con Sonia 04. Yo mando, ella tarda en contestar. Cuando contesta, respondo en el momento, y ella vuelve a tardar. Chica complicada, pienso, pero enseguida me lo quito de la cabeza: yo soy quien pone dificultades en las relaciones, y no debo crearlas acá.
Por la tarde, voy al cine con mi amigo el Preceptor. No sé si contarle acerca de Sonia 04, porque es medio mufa. Cada vez que le cuento algo, la cosa se complica. Me quiere, y mucho, pero es medio mufa. Casado, con hijo, sólo podemos vernos día de semana. Y vamos al cine. Cuando le cuento de Sonia 04 (¿qué puede pasar de malo, si todo viene bien?, pienso), enseguida él frunce el ceño: sabe que empezaré a ir al cine también los fines de semana, que eso complicará las películas que veamos los martes. Sabe, también, que mis relaciones amorosas siempre terminan para el orto.
-¿Y qué tal? -pregunta.
-Una copada -respondo-. Al principio medio arisca, pero la cosa viene muy bien.
No sé si dije que el Preceptor es mufa, que cada cosa que le digo se invierte en su predicción.
Al regresar a casa, hablo con Sonia 04. Me cuenta su día, sus pacientes. Le digo que tengo ganas de verla, que originariamente había una cena que le iba a preparar y nunca se dio... Increible, pero Sonia 04 acepta enseguida. Mañana, entonces, cena en casa. Y cocino yo.
Lo dicho: la vida me sonríe. Aunque pronto se me cagará de risa.
martes, 6 de marzo de 2007
Sonia 04: La vida me sonríe (o se me caga de risa, no sé)
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