martes, 27 de marzo de 2007

Sonia 04: La reserva, las reservas

Lunes 13 de noviembre de 2006.

Llego al trabajo, y me dedico un buen rato a la transferencia para reservar la cabaña. El lugar se llama "Cabañas Lemu", y pinta bien. El dinero es bastante, pero se supone que yo tengo que cobrar un adelanto de la editorial, pasado mañana, cuando firme contrato. Hago la transferencia. Me pone contento, la materialización del paso inicial de nuestro fin de semana juntos. Tengo ganas de contarle a Sonia 04 que ya está, que ya lo hice, que ya tendremos tres días para nosotros, para descansar, para coger. Se supone que no lo haga, que debo esperar a que lo haga ella o se pone molesta, pero bueno, creo que el hecho lo amerita.
Llamo, entonces. A su celular.
Y atiende con voz de culo.
-Era para avisarte que ya hice la reserva...
-Ah, bueno.
Y la conversación finaliza poco después.


Hablamos por la noche. Debo esperar a que llame ella, por supuesto. Lo hace cerca de las once. Está de mejor talante, pero apenas. Hablamos un poco, y de repente lanza una de sus habituales bombas:
-Ah, no sabés.
-¿Qué cosa?
-Recién hablé con Ornella, una amiga que no veo hace mucho.
-Mirá vos.
-¿Podés creer que ella y su marido van a ir los mismos días que nosotros a la costa? Ellos van a estar en Las Gaviotas, pegadito a Mar de las Pampas.
Chan.
-Mirá vos -digo.
-No te vas a enojar, ¿no? -dice-. Arreglé para que ese lunes los visitemos.
-¿Entonces?
-¿Entonces qué?
-¿Entonces pretendés que te diga que no me enoja o que te diga la verdad?
-Pipu...
-Pipu la pindonga. Me dijiste que querías un fin de semana juntos, para conocernos mejor, para descansar, para estar solos. Te dije que sí. Me impusiste el lugar, y un lugar que es carísimo y más acorde a lo que vos ganás que a lo que yo gano. Te dije que sí. Me impusiste que falte al laburo porque no querés manejar un día domingo. Y te dije que sí. Ahora me venís con esto, que derriba todo lo que me dijiste antes, y no sólo esperás que te diga que sí sino que no me enoje.
-Pipu...
-Pipu la pindonga.
-Es su cumpleaños, Pipu.
-Peor, voy a estar con una bocha de gente que no conozco.
-No, vamos a estar nosotros solos.
-¿No es el cumpleaños?
-Ornella es así.
-Bueno, entonces decile que no vamos.
-Ya le dije que sí, Pipu.
-¿Y por qué mierda no me preguntás?
-Con vos no se puede hablar.
-Con vos no se puede viajar, ni planificar algo juntos. Vos te manejás sola.
Corto.

Más tarde me arrepiento. Por suerte, no la llamo.
Conecto el MSN, eso sí. Aparezco como desconectado. Ella chatea. No sé con quién, pero chatea. Choto, el chat.