Domingo 12 de noviembre de 2006.
Nos quedamos en su casa, está muy cansada. En algún momento, no sé cómo -¡nunca sé cómo!- surge el tema Rafael. Lo que sí sé es que lo saca ella.
-¿Y cómo cortaron? -pregunto.
-Ya te dije. Le dije que yo buscaba otras cosas para mi vida.
-¿Ya habías empezado con Edgardo?
-No, todavía no.
-Pero ya habías empezado voley.
-Sí, ya había empezado.
-Con Edgardo.
-Sí.
-¿Y Rafael?
-Nada, ya te dije. Él es un tipo muy comprensivo.
-Demasiado comprensivo. Si alguien me metiera los cuernos, le doy una patada en el culo.
-¿Por qué me decís eso?
-No sé. Aclaro, nomás.
-Rafael no hizo eso. Me amaba.
-Y vos a él.
-Sí, claro.
-Por eso estuviste seis meses con tu compañero de trabajo.
-Vos no entendés que las cosas tienen muchas dimensiones. No es tan simple de dividir, el mundo, las acciones de las personas.
-Y, si querés quedar siempre bien parada, no, no es simple. Si te bancás las consecuencias de tus actos, es más fácil.
-¿Qué querés decir?
-Nada, nada. Seguí. Vos querías hacer otra vida.
-Sí, no sé. Quería recorrer el mundo.
-¿Recorriste el mundo?
-Fui a Brasil.
-¿Muchos lugares de Brasil?
-No, sólo uno.
-Ahá.
-Vos no me entendés.
-¿Y Rafael aceptó que vos querías recorrer el mundo, nuevas cosas para tu vida?
-Él se convirtió en mi amigo. Nos veíamos todas las semanas. Yo le contaba todo lo de Edgardo, y él me aconsejaba.
-¿¿¿¿Él te aconsejaba???? ¿Y qué decía?
-Nada, poco. Estaba molesto.
-No puedo entender por qué.
-Ahora sí me estás entendiendo. El que se ponía re celoso cuando lo veía a Rafael, era Edgardo.
-¿Edgardo era celoso? ¿De qué, si era casado?
-No sé, se ponía celoso. Él era muy así, como vos.
-No, pará que yo no tengo nada que ver, con ese chabón.
-Pero te decía, Rafael, en verdad, después me lo confesó, quería reconciliarse conmigo. Pensó que yo andaba medio perdida, que algún día iba a recapacitar.
-Y no recapacitaste.
-No era eso, no me entendés. Yo con Edgardo estaba viviendo cosas nuevas.
(temo preguntarle qué cosas nuevas, aunque la frase es bastante evidente, ella continúa).
-Y un día Rafael empezó a salir con otra chica. Y se casó.
-Y siguió siendo tu amigo.
-No. Sí. Más o menos.
-No entiendo.
-¿Ves? Sos muy lineal.
-Muy lineal, sí. Yo en el lugar de Rafael te hubiese dado flor de patada en el culo. Digo, más allá de las dimensiones de los hechos.
-Vos no entendés.
Por la noche, llama la madre de Sonia 04. Aparentemente, vio un aviso de cabañas en Mar de las Pampas. Sonia 04 anota, nos fijamos en internet. Son rústicas, están alejadas una de la otra. Sonia 04 llama, pregunta el precio. Pregunta cómo hacer el depósito. En un momento, la interrumpo:
-Vos a esas cabañas no fuiste con ningún chabón, ¿no?
-¿Y eso qué importa?
-¿Fuiste o no fuiste?
-No, no fui. Ya te dije que nunca paré en Mar de las Pampas.
-Vamos a esas, entonces.
Y a esas fuimos.
lunes, 26 de marzo de 2007
Sonia 04: El lugar
Etiquetas: La madre de Sonia 04, Sonia 04