martes, 27 de marzo de 2007

Sonia 04: La firma del contrato

Miércoles 15 de noviembre de 2006.

Por la mañana, temprano, recibo un mensaje de Sonia 04. ¿Estás bien? Le comento que nervioso. No es mucho lo que puedo decirle, por el simple hecho de que no sé si sirve de algo. Se supone que hoy es un día importante. Le pregunto si va al curso de Gaby, su analista, y la respuesta me sorprende:
-No, hoy no hay curso. Tengo sesión con Malena.
Aclaro: Malena es la analista suplente de Gaby. Es decir, cuando Gaby no tiene turnos -que, increible o no tanto, sucede con frecuencia- Sonia 04 va a terapia con ella. Dice que mucho no le sirve, que no tiene transferencia con ella, pero que peor sería no ir.

Voy a la editorial, a la firma del contrato. No recibo mensaje alguno de Sonia 04 deseándome suerte. Firmo. Me siento raro. El simple hecho de que la birome recorra el papel se transforma en un pequeño paso para la humanidad pero un gran paso para un hombre. Me informan que el pago será por depósito. Me desilusiono: yo quería contar con el dinero para el viaje. Pero bueno, es lo que hay. Y lo que hay no es poco, me digo. Cuando salgo de la editorial, cuando casi estoy llegando a la Secretaría, llamado de Sonia 04. Me pregunta cómo me fue. Bien, le digo, aún extrañado.
-¿Y a vos con Malena? -pregunto, temeroso de la respuesta.
-Bien... -su tono es dubitativo.
-Hablaste de nosotros.
-Sí, de las dificultades que tenemos para comunicarnos.
-¿Entonces?
-Malena dice que el panorama es difícil.
Estoy en uno de los momentos más trascendentes de mi vida, y en vez de brindar estoy hablando de qué opina una psicoanalista de mi relación con Sonia 04. O, mejor dicho, de su relación conmigo.
Como me quedo en silencio, Sonia 04 dice:
-Pero mejor que hablemos a la noche.
Sí, a la noche. Cuando se supone que tenemos que salir a festejar la firma de mi contrato. El inicio de mi carrera como escritor.

Hago una pausa, pero es importante. Durante la primera etapa del blog, hubo un hecho curioso. Una lectora se puso en contacto conmigo, comenzamos a escribirnos sin ella saber mi identidad ni yo la de ella. Quiso el destino que nuestros caminos laborales comenzaran a cruzarse, y que un día cada uno supiese la identidad del otro. Como yo había comenzado a salir con Sonia 04, puse paños fríos en el asunto. Sin embargo, existían motivos profesionales para que nos encontrásemos, cosa que yo siempre posponía por temor a una situación embarazosa. A ella vamos a llamarla La Bella Poetisa. Y es Bella. Y es Poetisa.

Cuando regreso al trabajo, tengo mail de la Bella Poetisa. Dice que nos veamos, y aclara que no tiene ninguna intención de levantarme. No puedo posponer el encuentro, y tampoco sé si, tal como vienen las cosas con Sonia 04, quiero. Está la aclaración que me escuda, pero todo lo que nos habíamos escrito antes...
Le respondo. Le digo que podemos encontrarnos mañana, en un bar cerca de casa. Al fin y al cabo, no hay intención de levante.

Por la noche, paso a buscar a Sonia 04. Llueve. Vamos a cenar afuera. Mientras comemos, le cuento mis sensaciones por el contrato, brindamos. Mientras pedimos el postre, surge el tema de lo que habló con Malena.
-Quizás tendríamos que hacer terapia de pareja -dice Sonia 04.
-¿Eso es lo que pensás vos o lo que dice tu analista?
-Bueno, me lo dijo ella, de hecho me dio el nombre de una colega... Pero me parece que puede estar bien. ¿Qué te parece? ¿La llamo?
-No sé.
-¿Cómo que no sabés?
-Eso, no sé. Dejámelo pensar. Quizás sí, podría ser. Pero por otro lado... No, no sé. Dejámelo pensar.
-Tenemos problemas de comunicación, Elemental.
-A mí me parece que tenemos problemas de cuán comprometido está cada uno.
-Yo estoy comprometida.
-Yo no lo noto.
-Bueno, eso es un problema de comunicación.
-Bueno, dejámelo pensar.

Regresamos a su casa. Nos desvestimos. Ni siquiera intentamos hacerlo. Y hoy fue uno de los días más trascendentes de mi vida.