Miércoles 22 de noviembre de 2006.
Tengo reunión en la editorial. Me encuentro con la Editora Mais Bonita. Estoy nervioso, es una de las primeras reuniones de trabajo. En verdad, lo que me pone nervioso es que mi concepción de literatura no suele tener demasiados adeptos, en especial entre las personas supuestamente cultas, que suelen superpoblar las editoriales. En la editorial, en la oficina de la Editora Mais Bonita, no hay lugar, así que vamos al bar de la esquina. Comenzamos a hablar, y descubro gratamente que ella piensa bastante similar a mí. Nos ponemos a putear ciertas escrituras crípticas, inútilmente experimentales, y acordamos muy rápido que el libro sobre sexo debería evitar esa linea. Expongo mi teoría de que los lectores se alejaron de los escritores argentinos, fundamentalmente, porque estos últimos hoy escriben para la Facultad y para obtener una beca de investigación o algún cargo universitario. Me embalo, ella también. Tiene modales delicados, es fina, y en un momento ambos estamos realmente entusiasmados con la posibilidad del trabajo por venir.
Llego a lo de Sonia 04, puntual, a las 19:30, diez minutos después de su último paciente. A las 20 tenemos terapia de pareja, por eso hoy Sonia 04 no se sobrecargó de trabajo. Si bien durante el día había estado nervioso por lo que nos espera dentro de poco, la reunión con la Editora Mais Bonita me quitó esa angustia. Sonia 04 lo nota, ve que estoy bien, particularmente contento, seguro de mí mismo. Me pregunta por mi día, le cuento los pormenores de la reunión en la editorial, lo bien que me hace sentir el haber eliminado de plano mi complejo de inferioridad en cuanto a nociones literarias, el grado de acuerdo con la Editora Mais Bonita, el buen trato que recibí (tan distinto al de la Dirección donde trabajo). Me siento bien, feliz diría, y se ve que se me va un poco la mano con el entusiasmo, porque en un momento Sonia 04 dice:
-Y bueno, quizás algún día podés ser feliz con la Editora Mais Bonita.
La miro, anonadado.
-Digo -insiste-, quizás algún día pueden formar una pareja. Ella es más para vos que yo.
-¿Vos me estás jodiendo?
-Y bueno, son cosas que pasan. La gente encuentra personas más adecuadas que sus parejas, y redescubre cosas, y se enamora. Y está muy bien, que lo haga así.
-Me parece que no escuchaste mi pregunta. ¿Vos me estás jodiendo?
-No, te estoy hablando en serio -esquiva mostrar su rostro, se cambia.
Voy hasta ella, la tomo de los hombros y la miro a los ojos.
-A ver, mi amor, quiero que te quede en claro algo. Yo nunca te voy a meter los cuernos.
-Nunca digas nunca.
-Te lo digo: nunca. Yo no hago eso. Lo considero incorrecto. Y además, la relación con la Editora Mais Bonita es estrictamente profesional.
-Ahora, pero pueden ser felices juntos.
-Dejate de hinchar las pelotas. Yo no te engañaría, ni te largaría por otra.
No sé cómo, pero hay un momento en el que comienzo a angustiarme. No lo digo. Me duele que ella crea eso de mí. Y me duele, también, que ella piense de forma tal que la llevaría a actuar exactamente así.
-Te quiero. Te amo. Estoy yendo a la puta terapia de pareja y sólo llevamos dos meses y pico de noviazgo. No te voy a cagar, ni te voy a hacer daño.
Ella me da un beso breve.
-Dale, que ya se hace la hora -dice.
Y salimos, sí, en dirección a la terapia de pareja.
jueves, 29 de marzo de 2007
Sonia 04: Felices, perdices, etc.
Etiquetas: La Editora Mais Bonita, Sonia 04