martes, 27 de febrero de 2007

Sonia 04: Llamado

Jueves (cont).

Por la tarde tengo que ir a la Rural a una exposición de supermercadistas. Por lo general, es una tarea que me resulta tediosa, que sólo la acepto porque implica menos horas que la banda asignada originariamente y porque me permite salir de la oficina. Sin embargo, en este caso estoy exultante: las novedades editoriales hacen que me sienta Gardel, Lepera, Sting, Bono y Luca Prodan. Siento mis hombros más firmes, miro a las promotoras con seguridad, sin la sensación de que soy otro salame que se babosea por ellas. No, hoy soy un ganador, y nada puede empañar eso.

Ni siquiera el hecho de que, a eso de las 10 y media de la noche, llama Sonia 04. Lo primero que me sorprende es que habla en susurros. ¿Es casada?, me pregunto. Ella enseguida me aclara que llama desde la casa de la abuela. Supongo que es cierto, porque de fondo se escucha un televisor con Francella a todo volumen.
Ella me pregunta cómo estoy, y arremeto con mis novedades, como para dejarle en claro que toda su histeria de esta semana -ahora sí, ahora con la seguridad de lo otro me queda en claro que fue un simple acto de histeria femenina, y ahora que soy un hombre que transforma lo que lo rodea, un hegeliano hecho carne, puedo manejarme como debo manejarme en vez de como siempre me manejo (y coches no sé manejar)- me tiene sin cuidado. Ella, en tono admirado, me felicita.
-Falta firmar el contrato -digo (en la editorial dijeron que será en los siguientes quince días, pero recuerdo que Clelia dijo en noviembre -y en noviembre será, adelanto-) con falsa humildad.
-No, Elemental, es muy importante, en serio.
Traduzco: SOY muy importante.
Sigue la charla, no toco nada referido a nosotros, a nuestros encuentros, a su problema cardiorrespiratorio. Es ella la que tiene que venir al pie, cuando con tono inseguro dice:
-¿Te parece que nos veamos el sábado?
Hago silencio. Si me banqué su histeria, que ella tolere la mía.
-Bueno, esta bien -digo (no soy tan duro).
De fondo, la voz de la abuela de Sonia 04, quien dice que se tiene que despedir, que el sábado hablamos y arreglamos. Corto. Me siento exultante, hasta que surge una pregunta:
¿una mujer de 36 años va a dormir a la casa de su abuela? ¿qué clase de mujer es esa? ¿dónde me estoy metiendo?