Sonia 08: Una relación pornográfica (4)

Sábado 2 de junio de 2007 (cont).

Algo que me llama la atención es que Sonia 08 habla muy mal de sus amigas. "Fea", "gorda", "horrible", son adjetivos que se reiteran. Cuando refiere a su adolescencia -etapa en la que, dice, ella misma era muy fea debido a trastornos hormonales-, relata que salía con sus amigas feas y que peteaban en los boliches. Pero remarca "feas", más que "peteaban".
Mis amigos, cuando hablo de ellos, son lindos. Y me parecen lindos, probablemente porque son mis amigos. Nunca criticaría a un amigo, y menos aún en público, y menos aún ante un cuasi desconocido. Son mis amigos, son una parte de mí. Los quiero.
Mientras Sonia 08 habla, comprendo que los adjetivos peyorativos para con sus amigas son, en verdad, adjetivos peyorativos para con ella misma.
Entonces, mientras habla, le acaricio el rostro.

Cuenta, Sonia 08, que tuvo una etapa muy fiestera. De entonces es lo de la camioneta. Narra acerca de su bisexualidad, y al hacerlo se me erizan los pelos -ella no lo nota, creo- al descubrir las situaciones de riesgo en las que se expuso. En varias oportunidades las cosas le podrían haber salido muy mal.

Cuenta, Sonia 08, que uno de sus últimos novios insistía para el menage a trois.
-Un hinchapelótas -dice Sonia 08.
-¿Vos le habías contado todo lo que me contaste a mí?
-Sí, cláro -dice.
No puedo imaginar por qué el muchacho se había obsesionado.

-Bueno, podrías traer una amiga -digo.
-¿Úna amíga?
-Sí, eso me calentaría.
-Pódes atárme, si quéres.
-No, eso no me calienta. Una amiga no estaría mal.
-Puédo vestírme de colegiála, si quéres.
-No, eso no me va, la verdad.
-¿Úna amíga?
-Y, no estaría mal. A vos te gusta acostarte con minas, ¿no?
-Sí.
-Bueno, me calentaría verte con otra mina, entonces.
-Ah. Péro no sé.
-¿Por?
-No quiéro compartírte. Me pondría celósa.
-¿Pero no eras re fiestera?
-Sí.
-¿Y entonces?
-A vos no te quiéro compártir.
(mierda, justo ahora cambia de tesitura, pienso)
-Bueno, pero podés traerla, yo ni trataría de tocarla -miento con descaro.
-¿No la tocarías?
-No, para nada. Lejos de mí.
-No sé.
-Dale...
-No. No te quiéro compártir.
(qué lástima, pienso).