Viernes.
Soy de darle pelota a los cumpleaños. O sea, armo fiestas, me gusta ver gente, me gusta que me mimen. Este año, 2006, dividí aguas: viernes para los compañeros de laburo, sábado para los amigos supuestamente intelectuales. El depto es chico y no entrarían todos a la vez y, por otro lado, dudo que deseen dirigirse la palabra, entre ambos grupos.
La gente va llegando a casa. Hay cerveza a rolete. Estreno home theater en la compu, la música suena a todo volumen. A la media hora de iniciados los festejos, estoy absolutamente en pedo y bailo con frenesí. Al principio soy el único que baila, vaso de plástico en mano, pero la piedad del resto los empuja a acompañarme mientras Rodrigo y Gilda se alternan en los parlantes con los Decadentes. Bailamos sueltos. Sonia 00 -que llegó con la directora, el Alemán y la Blonda- en un momento me toma de las manos, y baila. Yo, que estoy en pedo, la veo enorme, la veo atractiva, su boca de petera semeja un buzón de DHL. Baila muy bien, Sonia 00. Baila, mueve las caderas, siempre de mi mano, y yo bailo como el culo, creo que hasta me babeo -mi resistencia al alcohol es nula-. En un momento, pausa entre temas, la miro a los ojos y ella a mí. Es de esos momentos. En la siguiente pausa, apoyo una mano en su cintura, acerco mi boca a su oído y digo:
-Me importa tres carajos que estén todos los del laburo, necesito besarte.
-Elemental, estás borracho -dice.
Y es cierto.
Y seguimos bailando.
Me regalaron dos cosas: la primera temporada de Lost en DVD (regalo más glorioso del año) y un juego de mesa para hacer dígalo con mímica con títulos de películas. Alguien propone jugar, creo que Voz Nasal. Como todos saben que sé de cine, quieren que yo forme parte de sus equipos. No cuentan con dos datos: a) saber de cine no implica saber de dígalo con mímica; b) estoy muy borracho. En un momento me toca expresar "Los picapiedras". Un desastre, lo mío, nadie acierta, entre otras cosas porque no coordino bien los movimientos.
El equipo de el Alemán, el Flaco y la directora gana por afano.
En el otro equipo está Sonia 00. Cuando ella hace el dígalo con mímica, me babeo. Como dije: creo que literalmente.
Dato curioso: estoy tirado en el piso, durante el juego, y Voz Nasal primero se sienta a mi lado -lo cual no es extraño, ambos estamos en el mismo equipo perdedor- y luego apoya un codo en mi cintura y luego apoya la cabeza en mi pecho. La miro a Sonia 00 -quien se lleva muy mal con Voz Nasal-, confundido, estupefacto diría, y ella abre los ojos como diciendo "y esta mina qué quiere". Yo me encojo de hombros.
Aprovecho que estoy borracho para decirle a Voz Nasal en tono bajo:
-Vos no estarás caliente conmigo, ¿no?
-Ay, nene, vos siempre decís cualquier cosa.
-No, todo bien.
Vuelvo a encogerme de hombros. Sonia 00 mira hacia nosotros. Fijo.
Soplo las velitas. Pido deseos por los 35 años -curiosamente, se cumplirán-. Voy a la cocina a buscar servilletas, ya quedan pocas. La cocina es muy pequeña. Siento a alguien detrás mío. Es Voz Nasal, pienso, me quiere coger y a mí ella no me gusta. Giro intentando articular una respuesta -estoy menos borracho que antes- y me sorprendo. Es Sonia 00. Sonríe.
-Feliz cumpleaños -dice.
-Gracias -digo.
Me abraza. Un abrazo largo. Fuerte -no por mi parte, debido a la borrachera-. Cuando nos separamos, nos miramos a los ojos. Bastante. El mundo, el resto del mundo, desaparece. Estoy a punto de acercar mi rostro al suyo, cuando dice:
-Me encanta ser amiga tuya.
-Dame un beso y dejate de joder -digo.
-Vos estás muy borracho.
Y se va. Me quedo en la cocina, solo.
Todos se marchan. La pasé muy bien.
Borracho, me dejo caer en la cama. Me duermo enseguida.