martes, 8 de mayo de 2007

Sonia 04: Un mapa a Nono

Lunes (cont.).

El Flaco pregunta qué hago como un poseído. Lo pregunta porque lo que hago como un poseído no es teclear (lo cual implicaría que estoy escribiendo ficción), sino presionando en el mouse y moviéndome sobre la silla.
-La página de la guía YPF -digo.

La página de la guía YPF me la recomendó el padre de Sonia 04. Es, tal como me dijo, excelente. Uno introduce el punto de partida (Buenos Aires) y el de llegada (Nono, Córdoba), opta entre dos posibilidades (ruta más corta o ruta más rápida), y automáticamente se despliega no sólo el mapa con el recorrido sino el tiempo estimado (siete horas y pico, según el mapa). Para un neurótico como yo, es ideal. Me dedico, mientras el Flaco lo descubre maravillado (es ingeniero, lo cual implica que también es neurótico), a aumentar el mapa, copiarlo y pegarlo en un archivo de Word, por partes. A medida que introduzco cada parte del mapa, voy haciendo anotaciones de dónde corresponde cambiar de ruta, puntos de referencia, dónde es recomendable detenernos a comer, a caminar, a pasear, eventualmente a dormir, a cargar nafta. Marco, en rojo, el punto previo al camino de las Altas Cumbres, que según la guía YPF es tan maravilloso como de cuidado: precipicio, y no hay estaciones de servicio por centenares de kilómetros. Pero se supone que veremos cóndores y esas cosas, y a Sonia 04 esa clase de cosas le gustan. La imagino complacida, y eso me complace. Yo me imagino durmiendo tres días seguidos, cuando arribemos a Nono.
Queda un archivo de trece hojas, cada uno con su respectivo mapa del tramo correspondiente y los puntos de interés/atención. Lo imprimo, lo anillo.

Sonia 04 llama al mediodía. Sale de lo de Malena. Por primera vez -por temor, lo reconozco-, ni siquiera pregunto al respecto. Le cuento, sí, del mapa -sos tan lindo cuando te ponés neurótico, me dice-, de mi esfuerzo por tener todo bajo control. Nos despedimos luego de acordar que la pase a buscar antes de ir a lo de Silvina, la terapista de pareja.

Llamo a las cabañas de Nono, para corroborar la reserva. Está todo bien.

Por la tarde, entro en la página del gobierno de Córdoba provincia, me fijo en la parte de turismo, todas las actividades que podríamos hacer en Nono y sus alrededores. Aparentemente, hay un museo tan interesante como completo y caótico en su ordenamiento: Rocsen. Allí iremos, supongo. Otro archivo de Word con rutas locales y actividades -ferias de artesanías, etc-. Cuando me quiero acordar, ya tengo una cuarenta hojas impresas. El orden de las vacaciones reducido a papel. El intento por ordenar nuestra pareja reducido a papel.

Vuelvo al depto. Suena el teléfono. Mi vieja. Quiere saber cómo estoy. No pregunta por Sonia 04, ni por cómo están las cosas con ella. Le digo que estoy tirando. Ella dice que cualquier cosa que necesite, estará disponible. Me pregunta, también, si necesito dinero para las vacaciones. Tengo treinta y cinco años, y mi vieja me pregunta si necesito plata para vacaciones. Y lo peor es que sí necesitaría. Pero digo que no. No quiero deprimirme.

Me baño, hace mucho calor. Juego un poco en la computadora -al final no vinieron a instalar Speedy-, el buscaminas está particularmente revoltoso, no puedo vencerlo. Miro el reloj. Es la hora.
Salgo a buscar a Sonia 04, sin saber que vamos rumbo a nuestra última sesión de terapia de pareja, y que todo lo que hice durante el día para nuestras vacaciones resultará absolutamente al pedo.