miércoles, 23 de mayo de 2007

La peor cita de tu vida: La Otra Neurótica (2)

En la mitad de la noche, La Rubia y yo vamos al baño. Conversación de mujeres:

-¿Y? ¿Qué te parece Augusto?

-Y... no es feo, pero no me habla.

-Lo que pasa es que es tímido, pero vas a ver que en cuanto se suelte te vas a morir de risa, es muy divertido y muy inteligente, a mí me hace morir de la risa. Pero bueno, si no te gusta, no te gusta y punto.

-La verdad que no, no me gusta, qué se yo, igual no lo conozco.

-Vos a él le gustaste.

-¿Cómo sabés? ¿Te dijo algo?

-No, pero me di cuenta por cómo te mira.

-.....


Volvemos a la mesa. La cosa empeora. Vamos a jugar al pool (dentro del mismo restaurante top). A esta altura de la noche, La Rubia ya había discutido con su novio, por lo cual la situación se volvió extremadamente incómoda: mi amiga no hablaba con su novio (no hace falta describir la cara que tenían ambos), el amigo del novio de mi amiga no me hablaba; ni Augusto ni yo sabíamos qué hacer para remontar la noche.
Por suerte todo termina, y Augusto me llevó hasta Ituzaingó (sí, leyeron bien, manejó una hora y media, en plena madrugada, para llevar hasta su casa a una completa desconocida). La Rubia y su novio nos acompañaron en el auto. Llegamos, saludé y entré a mi casa. Pensé que la había pasado horrible, pero realmente valoré el gesto de Augusto.

Como si hubiera hecho caso omiso de esta experiencia, en un tiempo volvería a salir con Augusto...

(continuará)