Domingo 10 de diciembre de 2006.
Vamos al Tigre. Almorzamos tarde -hasta que encontramos un restaurante que leguste a Sonia 04, con mesa con vista al río...-. En un momento de la comida -bondiola, papas fritas, qué más se puede pedir- Sonia 04 dice:
-La verdad que el cuadro que me regalaste me encantó.
-Bueno, me alegro mucho, en serio.
-Era el más lindo de todo el local.
Me atraganto con la bondiola. Es muy rica, pero cuando te atragantás es particularmente jodida: se pegotea en la garganta. Tomo un poco de coca-cola. Pregunto, entonces:
-¿Y cómo sabés que era el más lindo?
-Ah, porque ayer pasé, cuando vos le dabas clase a tu alumna que quiere escribir el Harry Potter argentino.
-¿Pasaste?
-Sí, quería saber cuánto habías gastado.
-¿Cuánto había gastado?
Interrogar a Sonia 04 es simple. Quizás, pienso, porque ella desea confesar todos los errores que comete.
-Bueno, quería ver si era el mejor.
-O sea, fuiste a cambiarlo.
-Fui a ver si valía la pena cambiarlo. Pero elegiste el mejor, el mismo que yo hubiese elegido.
Me alegra. Bah, a esta altura del partido, no sé.
Vamos al mercado de frutos. Sonia 04 quiere comprar un perchero para el consultorio. Cuando la cosa ya lleva más de cuarenta minutos -duda entre dos idénticos-, la apuro.
-Gracias, Pipu.
-¿De qué?
-A mí me hace bien que me ubiques.
Me quedo unos segundos en silencio.
-De nada -digo al fin, por decir.
De regreso en su casa, Sonia 04 está muy entusiasmada con que veamos "Cautivos del amor", la película que le conseguí. Un poco para mandarme la parte, y otro porque es cierto, le digo que conseguir el archivo .avi me costó un huevo, pero lo realmente difícil fueron los subtítulos en español.
-Para mí es muy importante que la veas, porque es lo que yo creo que es el amor.
El anuncio me pasma. Cuando el film comience en el televisor, tendré ante mis ojos lo que Sonia 04 considera que es el amor.
A ver, resumo la película, porque no creo que la haya visto mucha gente: un pianista se enamora de su ama de llaves/sirvienta (el límite entre ambas tareas siempre me resultó difuso), una negra exiliada de África, casada, pero su marido está preso por un régimen dictatorial de esos que a los europeos siempre les vienen bien para narrar las miserias del mundo; el pianista se le declara, ella lo rechaza, y él se dedica a satisfacerla en lo que más desea: liberar a su marido; así, comienza a vender todas sus pertenencias, en secreto, para pagar el rescate del tipo; cuando ella comprende todo lo que él es capaz de hacer por ella, se enamora de él; en el mismo instante, o casi, la llama el marido: lo acaban de liberar; la negra y el pianista pasan una noche juntos, y ella se marcha con su marido. Fin.
El final, como en toda película de amor, es triste. La regla se repite casi hasta el infinito: en las comedias románticas final feliz, en las películas de amor final triste. Quizás porque se desea establecer que el amor es nido de sufrimientos, supongo. Quizás porque se desea reafirmar en el espectador -para el género, en su mayoría espectadoras- que el amor es casi imposible, y que ése es el motivo por el que están solas en el cine.
Interpreto lo que Sonia 04 entiende por el amor:
a) Es imposible;
b) Para ser verdadero, no es correspondido;
c) Hay un tercero en disputa;
d) Hay alguien que lo entrega todo, y hay alguien que lo recibe todo.
Cuando la película termina, Sonia 04 me pregunta, ansiosa, si me gustó:
-Sí -miento.
Mientras tanto, me pregunto si el paralelo de la película es ella/pianista con Edgardo/negro o si, en cambio, es yo/pianista con ella/negra. En el primer caso, ya sospecho todo lo que ella fue capaz de entregarle a su negro -dinero para regalos de los hijos en los cumpleaños, por ejemplo-. Ahora bien, si se tratara del segundo caso, hay dos preguntas que me inquietan: cuánto tendré que entregar y quién es el tercero en disputa.
miércoles, 4 de abril de 2007
Sonia 04: Los significados del amor
Etiquetas: Sonia 04