Sábado trasnoche. Luego de la cena, vamos a mi casa. Le digo que le haré café con Bayley´s y le entregaré los regalos que traje de San Juan. Entramos, pongo a hervir el agua, y a medida que saco las bolsas con colaciones, aceitunas, etc, Sonia 04 dice:
-No deberías ponerte en gastos.
Me suena a comentario de abuela, pero bueno, es lo que hay. Un "gracias" habría estado bien. Luego de que abrió las bolsas, siento que falta algo. Voy hasta la biblioteca, tomo uno de los ejemplares de mi novela y se lo tiendo. Ella sonríe maravillada. Toma el libro, lo hojea, por un instante temo que me diga "no deberías ponerte en gastos", pero al alzar la mirada me dice:
-¿Me lo firmás?
Escribo: "Para Sonia 04, con la alegría de haber descubierto a una persona maravillosa. Elemental". Quizás debí poner "te quiero" o "te quiere", pero no sé si daba. Lee la dedicatoria, le gusta, es evidente, aunque luego me mira y dice:
-No me conocés.
Lo que conozco, me gusta. Pienso. Lo que no me gusta de ella, hoy, me parece nimio, detalles sin importancia.
Me besa, respondo, le pregunto por el café, apago el fuego de la hornalla, vamos al dormitorio.
Luego, desnudos, la miro y digo:
-Te quiero.
Y ella responde:
-No me conocés.
lunes, 5 de marzo de 2007
Sonia 04: La palabra tan temida
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