miércoles, 28 de marzo de 2007

Sonia 04: Dos potencias se saludan

Domingo (cont.).

Mientras regresamos en coche hacia la Capital, le pregunto a Sonia 04 cómo se llevaba con sus anteriores suegras.
-Ah, no sabés -dice mientras maneja y putea a los que van a distinto ritmo que ella-. La madre de Rafael me odiaba, no me podía ni ver. Yo tampoco a ella, claro. Creo que la que más contenta se puso cuando lo largué fue ella.
-Mirá vos.
-La de Hernán era una paranoica, una psicótica. De hecho, creo que él también era un paranoico.
-La de Edgardo...
-No, a ella no la conocí.
-Me imagino -digo.
O sea: Sonia 04 tiene una tendencia a llevarse mal con sus suegras. Y hay otra tendencia, ahora que lo pienso: sus ex parejas son menores que ella, y con padres ausentes. Pero vayamos a la tendencia inicial: se lleva mal con sus suegras.
Pongan la música de Tiburón a todo volumen, y vayan preparando el CD de Psicosis.

Mi vieja es una persona difícil. Hija única, tiene carácter fuerte. Se separó de mi papá cuando yo tenía 3 meses, y cuando yo había cumplido 3 años se casó con su segundo marido, con quien tuvo dos hijos -mis dos hermanos- y con quien duró 18 años -largos años, para mí-. Desde entonces, está sola. Se queja de la soledad, y de alguna forma lo único que le resta somos mis hermanos y yo. Y la perra.
Su experiencia con novias mías fue dispar: hubo algunas a las que quiso mucho, otras a las que nada (pero nada de nada). Tiende a suponer que merezco algo mejor que lo que obtengo, tanto a nivel laboral como amoroso, y siempre me insta a no bajar los brazos.
Quizás es por eso que le mentí la edad de Sonia 04, y también quizás es por eso que le aclaré que es fea pero me gusta, para evitar posibles comentarios que, lo sé, a mí me pesan. Quizás es por eso que temía lo que está por ocurrir.
Tiene el CD de Psicosis preparado, ¿no?

Sonia 04 estaciona el coche en la esquina de mi casa. Mientras lo hace, descubro que mi hermana y mi cuñado están paseando a mi perra -la Perra Más Linda del Mundo, sí señor, una labradora canela a la que adoro-. Bajo la ventanilla, le silvo a la perra y ella se acerca al coche, desesperada. Mi hermana y mi cuñado me saludan, observan a Sonia 04 y me hacen una seña de que tienen que volver al departamento. Les digo que vayan. Cuando se alejan, escucho que Sonia 04 grita:
-¿¿¿¿¿¿¿Esa es tu hermana???????
-Sí, ¿viste qué linda?
-¿¿¿¿¿¿¿Esa es tu hermana???????
-¿Pasa algo?
-¡¡¡¡¡¡¡Pero yo la conozco!!!!!!!!!!!!!!
-¿De dónde?
-Del Malcom, ella y tu cuñado bailan ahí, dan exhibiciones.
-Ya te dije que ellos son bailarines profesionales de tango...
-¡Pero no te puedo creer que ESA es tu hermana! ¡No te puedo creer que ESE es tu cuñado!
-¿Por qué no?
-No sé...
Y no dice más. Mientras subimos en el ascensor, ruego que Sonia 04 no se haya tratado de levantar a mi cuñado, en la milonga. Por favor, ya bastante tengo de escabroso en toda la relación con Gaby, las runas, sus ex...
-¿Te pasa algo? -pregunta Sonia 04.
-No, nada.
Y llegamos al octavo piso.

Entramos rápido. Está mi hermano, mi abuela, la prima de mi vieja y su marido, al que quiero muchísimo y de chico le decía papá. Y mi vieja, claro. Y mi hermana y mi cuñado. Y la perra, que cuando entro comienza a correr por todo el departamento, salta para darme besos, desesperada.
Me tiro al piso, juego con ella y en algún momento veo el gesto leve, casi imperceptible, de desaprobación en Sonia 04.
-Nerviosa como vos, tu perra.
Si quieren tenerme de acérrimo enemigo, hablen mal de mi perra.

Durante la cena, Sonia 04 y mi mamá hablan muy poco. Mi vieja corre de la cocina al comedor para servir la comida, Sonia 04 se puso a hablar con la prima de mamá. La prima de mamá está absolutamente loca, en serio. Y parece llevarse muy bien con Sonia 04.
Mi cuñado y mi hermana hablan conmigo y con mi hermano. Entretanto, la perra se trepa a mí para que le dé algo de comer. Tomo un pedazo de salamín y se lo doy; lo devora. Veo la cara de Sonia 04, y le digo en voz muy baja:
-En mi casa a mi perra le doy de comer como quiero.

En un momento de la cena, Sonia 04 comienza a hablar con mi abuela. En verdad, es un extenso monólogo de mi abuela acerca de la inagotable cantidad de virtudes que poseo. Mamá observa en silencio, aunque me hace un gesto de que está todo bien. No sé cómo, la torpeza de mi abuela hace que se le caiga comida sobre la ropa.
-Mamá -dice mamá-, tené cuidado, siempre hacés lo mismo.
-Ay -dice Sonia 04 y mira cómplice a mi abuela-, parece que la tienen cortita, eh.
Ahora es cuando ustedes encienden la música de Psicosis. Me atraganto. Ruego que lo que escuché no es lo que escuché, que Sonia 04 no intentó hacer una alianza con mi abuela para burlarse del comentario de mi madre. No porque me moleste la burla, sino porque sé lo que esa burla significará para ella. La miro, en busca del gesto de todo bien de antes. Mi vieja no hace ninguno.
La suerte está hechada.

Por la noche, de regreso en casa, Sonia 04 dice:
-La verdad, con tu mamá hablé poco y nada.
Y creo que seguirá así durante mucho tiempo, pienso.