martes, 17 de octubre de 2006

Lo que se daba, lo que se dió

Cuando comencé con el blog, me empujaba una acidez de la que actualmente no dispongo. La soledad, calculo, había generado lo suyo.
Lo cierto es que estoy enamorado. Sí, de Sonia 04 -quien, por cierto, es mucho más que una Sonia-, de quien no he hablado y de quien, al menos por ahora, prefiero no hablar. Casi como cábala.

Pensé en comenzar a escribir mentiras, pero para eso tendría que modificar el subtítulo del blog y, también, recibir el salvoconducto de los lectores para hacerlo.
La pregunta, entonces, es:
¿Desean conocer las desventuras amorosas de un neurótico, aunque sepan que no son ciertas?

Como suele decirse: de ustedes depende. Tienen los comments a su disposición.

Es extraño: aunque hace más de dos semanas que no posteo, el caudal de visitas se mantiene inalterable. Va otra pregunta:
Estoy tentado de abandonar el anonimato, ¿qué hacer?