Rato más tarde, la respuesta de Sonia -02.
Me sorprende tu mail (arrancamos mal). Las últimas veces que nos vimos tenías un tono muy distinto (es cierto: la última vez que nos vimos, creo que le dije algo así como que yo no quería compromisos, que nuestra relación podía ser sólo sexual, y esa clase de idioteces que dice un idiota en un momento de su vida en que está particularmente idiota). Bueno, te cuento que me mudé hace unos meses (ah, los que nos mudamos somos los dos): ahora vivo en Maschwitz (nota al margen: nuestro último reencuentro implicó que ella largara a su novio de entonces, un músico que si no me equivoco vivía en Maschwitz… todo vuelve, evidentemente… ¿habrá sido el músico la jugada desesperada de Sonia -02?). Me alegra que te hayas mudado de la casa de tu vieja, que tengas tu lugar (o sea, que no sigas siendo el mismo pendejo de antes); me sorprende también que hayas aterrizado en ese lugar. (De todos modos, ya lo sabía porque cuando te mudaste me acuerdo que mandaste un mail para mucha gente, incluida yo, con los nuevos datos.) (a veces soy TAN pelotudo). Me alegro que tu vida de escritor siga dando lindos frutos. Espero que siga siempre así (o sea, espero que nunca vuelvas a escribirme, ya me enteraré por los diarios). Te mando un beso (al menos me copió la despedida).
Como suele decirse: lo que vale es la intención, el intento.
¿El intento de suicidio también vale?