domingo, 3 de septiembre de 2006

La Trotamundos al rescate

Primero le envío un mensaje de texto. ¿Seguís enojada?
Me responde enseguida. Jeje, no tanto.
Llamo a la Trotamundos, entonces. Primero le pregunto el por qué de su acusación de ayer (me llamó agrandado), y entonces me explica:
-Esta semana ni me contestaste los mails.
-Sí que te contesté.
-Pero re-telegráfico -la Trotamundos es de utilizar mucho los re.
Tiene razón. Con la longitud y frecuencia de los mails de Sonia 01, no tuve tiempo para otros. Y tengo que estarle agradecido eternamente a la Trotamundos, pues cuando aconteció lo de Sonia 00 ella siempre estuvo al pie del cañón (lo cual debe leerse como respondiendo los mails que le enviaba desde el trabajo, mientras Sonia 00 estaba en la oficina de al lado), y ahora siente que dejé de darle pelota.
Le explico brevemente los motivos (ah, pero si es por eso me hubieras dicho, nene), y su enojo desaparece pronto. La Trotamundos se enoja con muy poca frecuencia, de hecho ayer fue la primera vez que lo hizo conmigo, pero basta que uno le hable bien para que se le pase. Una tierna, la Trotamundos.
Una vez que escucha mi angustia por el silencio de Sonia 01 y todo lo que sucedió hasta ahora, la Trotamundos comienza a decirme que para Sonia 01 parece ser una mujer muy fálica, que siempre tomó la delantera, y que el hecho de que yo le haya expuesto mis sentimientos por mail la puede haber descubicado.
-O también puede ser -agrega- que quisiera coger y como vos no lo hiciste...
-Pero escuchame, yo al día siguiente tenía que ver a Sonia 02. Lo más probable era que no pasase nada, pero... ¿y si pasaba? Hubiera sido como meterle los cuernos desde antes de empezar a salir.
-Sí, bueno, pero quizás quería eso.
-Además, yo no entiendo. Si uno trata de besar en la primera cita, es un zarpado. Si no, es un pelotudo. Te juro que no entiendo.
En un momento le ofrezco leerle el mail que le envié ayer a Sonia 01. Acepta, escucha en silencio. Y luego me dice.
-Bueno, te voy a decir dos cosas.
Te voy a decir dos cosas significa que son una buena y una mala. La verdad, no sé cuál prefiero primero.
-Primero la buena -decide la Trotamundos-: es un mail hermoso.
Bueno, yo no sé si calificarlo así, pero con estas frases recuerdo por qué quiero a la Trotamundos.
-Segundo la mala -continúa-. Es too much, quizás la asustaste.
Asiento, triste. Parece que uno no puede revelar sus sentimientos, o los indicios de sentimientos, porque las mujeres se espantan. Si uno es duro, se quejan. Si es blando, huyen. Terrible dilema.
Corto con la Trotamundos, y me digo que lo único que puedo hacer para levantar mi ánimo es un baño de inmersión. Mientras lleno la bañadera, recuerdo la expresión de la Trotamundos: es too much. ¿El inglés de Sonia 01 será contagioso? I don´t know.