jueves, 16 de agosto de 2007

Sonia 00: La primera amiga de la Petisa (2)

Domingo.

Mientras camino por Gascón hacia la casa de mi vieja, donde almorzaré, me atrevo a llamar por teléfono a la primera amiga de la Petisa. Quedamos en eso, en arreglar horario hoy al mediodía. Soy neurótico, prefiero saber esta clase de dato con mucha anticipación -de ser posible, una semana-, pero intento adaptarme al mundo; hoy, al menos. Claro, se me preguntará para qué deseo saber esa clase de dato con mucha anticipación, y la respuesta es sencilla: para saber. Si sé, por lo general me tranquilizo. La incógnita es un detonante, en mi caso, de la ansiedad, y la ansiedad, de un posible bajón anímico. Muy complicado, lo sé. Pero es lo que hay.
La primera amiga de la Petisa responde enseguida, me gusta su voz, aunque si fuera perfeccionista -cosa que hoy no soy, dado que lo más importante, lo sé (lo sé y me tranquiliza), es sacar a Sonia 00 de mi cabeza, ¿de mi deseo?, no lo sé (he ahí la incógnita, pronto la ansiedad y el bajón...)- señalaría que se ubica unos decibeles por encima de lo recomendable.
Quedamos en vernos a las seis en el Delicity que está sobre Coronel Díaz, a pocos metros de la Plaza Las Heras, a pocos metros de la escuela Wenceslao Posse, donde hice la primaria, y quizás todo esto responda a esa época. Otra incógnita. Ansiedad...

En lo de mi vieja, almuerzo rápido. Ella me pregunta por qué me apuro, y digo con orgullo:
-Hoy tengo una cita.
Ella sonríe. Fantasea con nietos, lo sé.

Llego a casa. Tengo que cumplir con mis cábalas. Son las tres de la tarde, y en tres horas debería ver a la primera amiga de la Petisa. Eso establece que, en tres horas, debería darme el baño de inmersión -sahumerio encendido, Norah Jones a todo volumen-, bañarme dos veces seguidas... No sé, no sé, quizás no alcance a hacerlo. Quizás no alcance a hacerlo y el orden del universo, de mi universo, se desmoronará.
Pienso en eso cuando suena el teléfono. Pienso en la primera amiga de la Petisa, quizás quiera cancelar la cita, aunque recuerdo que no tiene mi número fijo. ¿Mamá me va a aconsejar si el primer nieto debería ser nieto o nieta? Es capaz. A veces pienso que debería ubicarla un poco. Después me da pena. Atiendo.
-¿Hola? -digo.
-¿Elemental?
-¿Sonia 00?
-Qué hacés, como te vaaaaaaaa...
-Bien, bien... ¿Qué pasa que llamaste? ¿Estás bien?
-Sí, tonto, también puedo llamarte cuando estoy bien.
-Mirá vos.
-¿Cómo va el domingo?
-Bien...
-Che, te llamaba porque estoy medio embolada.
-¿Pero no me dijiste que me llamabas estando bien?
-Estoy bien, pero embolada... Bueno, la verdad que estaba pensando en mi ex, y no quiero pensar en mi ex.
-Y por eso me llamaste.
(qué bueno que somos amigos)
-No, tonto, te llamé porque me gustaría verte.
-¿Hoy?
-Hoy.
-Eh...
-¿Pasa algo?
-Te dije que hoy tengo una cita, Sonia 00. La tengo en un rato, y no puedo cancelar.
-Ah. Claro.
-En serio, no puedo cancelar.
-No, claro. Porque quería ir al cine con vos.
-¿Al cine?
-Sí, al cine.
-Qué cosa, justo hoy que tengo la cita. Te lo dije, el otro día.
-Sí, sí, me lo dijiste, pero pensé que se iba a pinchar...
-¿Cómo, que se iba a pinchar?
-No sé, Elemental... Vos no estás para citas a ciegas, vos necesitás una mina que esté bien fuerte.
-Es una amiga de la Petisa, y la Petisa me aprecia. No creo que sea fea.
-No, claro. Tenés razón. Andá, no canceles.
-Por supuesto. No voy a cancelar.
-Tenés razón. Me voy a ir al cine sola.
-Ah.
-Voy a ir a ver Cars.
-Está buena, la vi el otro día con el Preceptor.
-No me la cuentes.
-No, no te la cuento. Está buena.
-Bueno, entonces te dejo prepararte para la cita. ¿Te vas a vestir lindo?
-Eh... Sí, supongo... Me voy a poner ropa limpia, si te referís a eso.
-Tonto.
-Sí, quedate tranquila que me voy a poner lindo.
-Vos sos lindo.
-¿Qué?
-Nada. Andá a prepararte, que yo me voy al cine sola.
Y cuelga.

Me quedo de pie unos quince minutos, atontado. Y ya no queda tiempo para cumplir con mis cábalas.

Nos encontramos con la primera amiga de la Petisa. Ella me mira, me estudia. Tiene lindos ojos. Oscuros, pero dejan ver. Es buena mina, me doy cuenta enseguida. Morocha, piel muy blanca. Viste bien.
Charlamos. Hago chistes, y ella los festeja. Mucho, los festeja. La cosa va bien.
Sin embargo, la cosa no va bien.
Mientras estoy acá, en el Delicity, estoy en otro lado. Estoy en un cine, viendo Cars.