Martes.
Bajamos al jardín en tres oportunidades.
Primera ocasión: la charla deriva al tema del taller literario. Le pregunto cuándo quiere empezar. Dice que cuanto antes, y que tiene toda su agenda libre. Ok, la cosa viene fácil. Calculo cuándo le doy clases al otro grupo (jueves a la noche), cuándo a mi alumna que quiere escribir el Harry Potter argentino (sábados a la mañana). El resto, libre. Hoy es martes. Lo que entra en juego, ahora, es mi ansiedad. Decir hoy, creo, sería contraproducente. Además, el depto está todo sucio. Cuando ella venga, la higiene debe ocultar cuán desagradable puedo ser. ¿Qué decir, entonces?
-¿Te parece mañana? -digo.
Y ella dice:
-Dale, buenísimo.
Segunda ocasión: ya está establecido parte del escenario de la batalla por seducir a Sonia 00, y cuándo se desarrollará. Lo mejor, entonces, a partir de ahora, sería allanar el terreno. Digo, tengo que seducirla. Digo, ella dijo que le gusta que los hombres escriban, lo considera algo supremo, pero pronto descubrirá que un tipo que escribe es exactamente igual a cualquier otro, con la sola diferencia que, de cuando en cuando -muy de cuando en cuando- se detiene para mirar a su alrededor. Es decir, si bien creo que es la única herramienta de seducción de la que dispongo, sé que no es suficiente. ¿Qué hace un gordito desagradable y timidón cuando se enfrenta a una situación semejante? Comete errores, fundamentalmente. Uno, por caso, es el que acometo con ímpetu demoledor: dar lástima.
No sé cómo, surge el tema del abuelo de Sonia 00. Hablo del mío, entonces. Mis ojos, sin que lo desee, se llenan de lágrimas. Digo que desde que se murió me siento muy solo, que sé que era la única persona con la que contaba, siempre, sin siquiera tener que buscarlo. Era el que velaba por mí, y ya no está. Y me siento muy solo. En cierto sentido, el discurso se desarrolla en forma natural. En cierto sentido, me recorre la sensación de que Sonia 00 se enternezca, se apiade. Una caricia: si supiera que lo que busco es, en verdad, eso.
Tercera ocasión: hablamos poco.
viernes, 15 de junio de 2007
Sonia 00: Lástima
Etiquetas: Sonia 00