Jueves (cont).
Llego al trabajo. Me tuve que tomar un taxi. Cuando entro, el Flaco y el Chancho me miran.
-Güenassss -digo, tratando de aparentar normalidad.
-¿Qué te pasa? -preguntan a dúo.
-Nada, ¿por? -camino hacia mi escritorio y me atrinchero.
-Por nada -responden a dúo.
Siento que se miran entre ellos, que se hacen una seña de no profundizar.
Hacen bien.
Estoy ante la computadora encendida. Se supone que debería hacer varias cosas, entre las que está la nouvelle que tengo pensado regalarle a Sonia 04 por su cumpleaños. No puedo. Miro la hora en el extremo inferior derecho de la pantalla, mis ojos no pueden desviarse de esos putos numeritos.
¿Se va a encontrar con Humberto? ¿Se va a encontrar con Humberto y me lo ocultó? ¿Por qué necesita encontrarse con Humberto? ¿Por qué necesita besar a Humberto? ¿Por qué necesita coger con Humberto?
Me pongo de pie, con el rostro que hierve.
-¿Qué te pasa? -preguntan el Chancho y el Flaco a dúo.
-Nada -digo.
No les doy posibilidad a repreguntar, que salgo de la oficina.
Bajé al jardín de la Secretaría. El día es límpido.
El día es una mierda.
Miro el reloj. 11 y 5.
Llamo.
Sonia 04 atiende.
-Sorpresa -digo-. ¿Disfrutando de tu mañana libre?
-Sí -dice ella, se escucha que se está moviendo, ¿se está cambiando?-, buenísimo, voy a poder salir de compras.
-Qué bueno -digo-. Quería decirte que te quiero.
La frase no está mal. Si me va a meter los cuernos, que al menos sienta algo de culpa.
El diálogo se extiende poco más. Cortamos. Ella tiene que salir.
A hacer las compras, dice.
A ver a Humberto, pienso.
Sentado tras el escritorio. Estoy paralizado. Absolutamente. Me cuesta respirar.
¿Sonia 04 me está metiendo los cuernos? ¿Por qué? Si lo hiciera, me lo diría, eso aclaramos. Si lo hiciera, ¿me lo diría? De seguro que no. No es capaz de hacer esas cosas. Sin embargo, cuando ella engañó a Rafael al final se lo dijo. Claro que al final implica seis meses. O sea, me lo diría a los seis meses, y para entonces yo ya estoy mudado con ella, viviendo con una mina que me mete los cuernos.
Intento serenarme. Nunca fui celoso. Nunca. ¿Qué mierda me pasa? Miro el reloj de la computadora. Las doce y cuarto. Si se encontraba con Humberto, ya lo debe haber hecho, debe estar con él.
Me incorporo. Salgo de la oficina, ante los ojos alelados del Flaco y el Chancho.
En el pasillo, marco el número para llamarla. Si me está metiendo los cuernos, si está cogiendo con otro, al menos me quedará el consuelo de haberles interrumpido el polvo. Si aún están en un bar, tengo alguna esperanza de que recapacite. Sonia 04 no atiende. Me desespero.
Sí, atiende, luego de varios timbrazos atiende.
-¿Pipu? -pregunta.
Lo que me tranquiliza es que, de fondo, se escucha la calle. No puede estar garchando en la calle, pienso. Bah, sí puede, pero no da.
-Quería aprovechar que tenías la mañana libre para decirte otra vez que te quiero -digo.
-Cómo estás, hoy, eh.
-Estoy, sí. Vos sabés que para vos estoy, ¿no?
-¿Te pasa algo? -evidentemente, hoy todo el mundo me va a preguntar lo mismo.
-No, nada. ¿Por dónde andás?
-Acabo de salir de la perfumería, y voy para la galería de Rivadavia y Acoyte para comprarle un buzo a mi viejo.
-Qué bien. Bueno, si querés cuando vuelvas a tu casa llamame y hablamos más tranquilos.
-¿Pasa algo?
-No, nada, que me gusta hablar con vos.
Cortamos.
Reingreso a la oficina. El Chancho y el Flaco me miran.
-No me pasa nada -digo.
Y voy a mi escritorio.
Una y cuarto de la tarde. Estoy, una vez más, en el jardín. No pude almorzar, no me pasaba nada por la garganta. Sonia 04 no llamó. Llamo. Está en su casa. Hablamos un poco.
No soy bueno para sostener un personaje durante mucho tiempo. Salvo el de pelotudo, claro.
-¿Vos hoy te viste con Humberto? -pregunto.
-¿Qué? -casi grita del otro lado de la línea.
-Porque me dijiste que tenías pacientes y no los tenías, y el otro día anotaste el número de teléfono... Decime la verdad, ¿vos hoy te viste con el pelotudo ese?
-Pero mi amor, cómo me podés decir eso. Estuve pensando en vos, estuve... Dejá, no importa.
-¿Pero estuviste o no estuviste?
-¿Me lo preguntás en serio?
-Te lo pregunto para que contestes sí o no.
-No, Pipu, no estuve.
Entonces me desinflo. Entonces le creo. Entonces le digo que me siento mal, que esto nunca me pasó, que tenemos que hablar, que hay algo que está muy mal. Sonia 04 primero se ofende, luego dice que sí, que tenemos que hablar.
Cortamos.
Regreso a la oficina, y antes de entrar digo:
-No me pasa nada.
domingo, 22 de abril de 2007
Sonia 04: Un día celoso (2)
Etiquetas: El Chancho, El Flaco, Sonia 04