Al día siguiente, cuando ya doy por finiquitado el asunto, mail de Sonia 01.
Elemental: En primer lugar, no me molestas y gracias por haberte contactado (gracias por participar: nada que diga una frase como esta puede significar algo bueno, se viene una explicación de por qué no…). En cuanto a tu duda, ni una cosa ni la otra (casi podría haberlo adivinado). La verdad es que me encantó conocerte y no me gustaría perder el contacto aunque soy conciente de que no estuve haciendo mucho para evitarlo (¿será esto la totalidad de su autocrítica?), pero de verdad que estuve y estoy a mil (es más, en una hora me pasan a buscar porque me voy a laburar a Bolivia) (en alguna parte tenía que dejar asentado su éxito laboral, claro). De todas maneras, eso es pura justificación (bueno, al menos la autocrítica continúa). Lo cierto es que mientras nos comunicamos por mail se creó toda una fantasía romántica que luego no se sostuvo en el plano de lo real y, debido a que sentí que estábamos en ese tren, dejé de escribirte (esta parte, salvo por lo del estar en un tren, no está mal: digo, es lógico, y en el fondo es lo que necesitaba leer). Pero, como te dije, me encantó conocerte y me gustaría que siguiésemos en contacto desde otro lugar, quizás amistoso-afectivo- intelectual (¿qué es un plano amistoso-afectivo-intelectual? ¿un amigo que es inteligente? ¿y lo afectuoso dónde entra? O sea, me está diciendo: sos muy inteligente, hasta querible como amigo, pero… Y en toda frase en la que hay un “pero” lo único que interesa es lo que sigue al “pero”: lo anterior es todo justificación), por llamarlo de alguna manera (sí, exactamente, de alguna manera), ya que me parece que tenemos muchísimo en común (blah, blah, blah) y que los dos podríamos enriquecernos a través del vínculo (esto me supera, la verdad: ¿enriquecernos a través de un vínculo? ¿qué es una relación amistoso-afectivo-intelectual? ¿un depósito bancario? ¿uno está con gente porque se enriquece? ¿así hizo la guita Bill Gates?). Vos me dirás qué querés y qué te parece. Espero que estés muy bien. Un beso grande (¿por qué grande? ¿culpa?).
Releo, y acepto que todo está terminado. Por lo general, soy de preocuparme por tener la última palabra. En este caso, opto por el último silencio.