miércoles, 30 de agosto de 2006

Sonia 01: La foto, al fin

El siguiente mail de Sonia 01 llega a eso de las diez de la noche. Se titula “Sólo una imagen”, y antes de abrirlo detecto que hay archivo adjunto. El plato con la cena (pechuga de pollo y remolacha hervida, sigo con mi dieta) cae al piso. El Mouse vuela sobre el pad, el mail se abre y no miro el texto sino que voy directo al archivo jpg. Sólo una imagen.

La imagen, entonces: cuatro mujeres en un bar miran a la cámara… ¿Cuatro mujeres? ¿Me estaban escribiendo entre cuatro? ¿Se turnaban para escribirme? ¿Al fin esto es una propuesta para un menage a cinqe? No tengo otra alternativa que leer el texto, entonces. Sonia 01 dice:

Te propongo un juego. (¿Menage a cinqe?) En los mensajes adjuntos podés encontrar una foto de cuatro lovely ladies. (bueno, no es “mensajes adjuntos” sino “archivos adjuntos”, veo que cuando no se expresa en inglés a Sonia 01 se le traba la lengua) Si acertás cuál de ellas soy yo, obtenés un premio a ser discutido a posteriori. (¿Menage a cinqe? ¿Menage a cinqe? ¿Menage a cinqe?) Si no acertás, lo mismo. (¿Menage a cinqe? ¿Menage a cinqe? ¿Menage a cinqe?) Are you in? (¿Menage a cinqe? ¿Menage a cinqe? ¿Menage a cinqe?) Ahora te escribo. (¿Menage a cinqe?) Te mando un beso,

Sólo eso. Cuando un mensaje tiene un propósito claro, no necesita extenderse. Claro que está la amenaza del ahora te escribo… ¿Y qué hizo acá? ¿Telepatía? No, es un juego. Ella lo dijo: te propongo un juego. Está jugando conmigo, se ríe de mí… No, no tengo que ponerme así, la psicoanalista diría que es mi faceta paranoide, y que hay una pastillita que… No, es un juego… ¿Me dice que me propone un juego porque yo dije que el amor es, en cierto sentido, un juego?... Y encima no sé cuál de las cuatro de la foto es ella… Bueno, sé muy bien quién no quiero que sea… Si he de ser sincero, ninguna me resulta demasiado atractiva, y el incluir la palabra “demasiado” es un acto de generosidad. Una es directamente fea, otra más o menos, otra tiene pinta de guerrera y la otra… la otra tiene que ser ella. Primero y principal, porque ocupa el centro de la imagen, y por lo que leí hasta ahora a Sonia 01 le gusta ser el centro, nunca mandaría su imagen en los márgenes… Sí, tiene que ser ella. Pelo castaño lacio, más alta que las otras, responde al perfil de la página de Internet. Tiene la sonrisa un tanto forzada, como si quisiera exagerarla, como si en lugar de whisky para la foto hubiese dicho cheese, lo cual en su caso es más que probable.

Me juego. Al fin y al cabo, me dijo que si no acierto de todas formas habrá premio. Escribo, entonces.

Cuánta injusticia!!!! En una de las fotos que te mandé, podrías haber dudado entre el león de piedra y yo, pero sólo eso... Voy a dejar de lado mi carácter racional y me meteré de lleno en el irracional: de pie, en el centro. (confesarle que lo deduje sería menos romántico) Si fallé y hay una segunda oportunidad: de pie, a la izquierda de la cámara. ¿Habré acertado? ¿Cuál será el premio ganador? ¿Y el de perdedor?

Rato más tarde, su respuesta.

Mmmm, vamos mal, mal, mal, ni una cosa ni la otra... (no puede ser, lo deduje muy bien, no podía fallar, si hasta puse la segunda opción como para que pareciese que no había sido tan fácil) mentira, acertaste la primera vez... (por un lado, me alivia haber acertado, por el otro esa actitud me produce escozor… ¿le gustará hacer sufrir al otro? ¿será una pervertida, un personaje escapado de Mujeres Asesinas?) Este medio está limitando que juegue el juego de que perdiste durante más tiempo. (agradezcamos al medio, entonces: acrecentarle la duda a un neurótico es cruel, principalmente porque la duda se acrecienta sola) On second thoughts, (¿y esto qué quiere decir?) podría decirte que no acertaste y mañana decirte que sí, pero después de la acusación de haber perpetrado un acto de injusticia, no puedo hacerlo. Debido a que ganaste y a fin de tornar la balanza de la justicia de nuevo a su equilibrio, podés comenzar con la iniciación de la negociación sobre el premio ganador.

Señoras y señores: un premio me espera.

¿Menage a cinqe?