Como he dicho varias veces: empecé el blog para hacer catarsis. Fundamentalmente en relación a la soledad, el año pasado. Fundamentalmente para liberar el horror de haber atravesado la relación con Sonia 04, este año. El objetivo era, entonces, hacer catarsis. Y hoy no.
Una de las particularidades del blog es, o debería ser, la dinámica irreverente de escritura -apurada por los tiempos- y el mayor contacto con los lectores. Día a día, entran en esta página alrededor de 200 personas distintas. Hay un plantel estable de visitantes de unos 120: entran todos los días. El resto, se alterna. Sin embargo, que dejen comentarios hay sólo unos 7, 8 con toda la furia. Es decir: hay alrededor de 190 personas que toman esto como un servicio gratuito. Leo y me voy. O, si se prefiere, me río con lo que cuenta el autor y me voy, me pregunto si lo que cuenta es cierto y me voy.
La verdad, me da por las bolas, ese tipo de lector. Por hacer esto nunca cobré un mango -ya lo dije: los objetivos eran otros-, y en algún punto dije que la retribución era dejar comments. No sirvió.
Dado ese contexto, doy un paso al costado. Por ahora, es hasta el 1 de agosto. Me voy a tomar este tiempo para ver si vale la pena seguir con el blog. Y es algo que sólo podré responder yo mismo.
A los que se engancharon con la idea, muchísimas gracias.
A los que entraban cuatro o cinco veces por día y nunca dejaron un comentario, ya saben.
El resto, por ahora, es silencio.